'Metempsicosis', de Rodrigo Rey Rosa: el misterio del creador loco
El escritor guatemalteco se aproxima a los movimientos migratorios y a la violencia que en la actualidad se comete contra los más débiles.
16 febrero, 2024 02:09Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958) es esencialmente un escritor comprometido cuyas obras ponen de relieve situaciones de conflicto; es su forma de habitar el universo literario. En El país de Toó (2018), por ejemplo, describía los problemas que surgen cuando un grupo de indígenas mayas, harto del abuso al que es sometido y convenientemente dirigido por sus líderes, se enfrenta a sus verdugos.
La violencia que domina el mundo, el caos en el que vivimos, la tensión entre la antigüedad y la modernidad, los enfrentamientos sociales y las batallas internas del individuo son temas recurrentes en sus creaciones que, por lo que respecta a la estructura, y como indeleble marca de la casa, optan por planteamientos disruptivos.
En Metempsicosis, Rey Rosa mantiene la misma intención de su bibliografía anterior, aunque en esta nueva entrega se centra en el hombre y sus dilemas personales agravados por la enfermedad mental que, según se afirma en el libro, padecen los creadores. La novela se abre con la descripción de una estancia amplia y luminosa desde cuyos ventanales se ve un jardín, la montaña, el mar y algunas islas, un ambiente diáfano y agradable que se irá enrareciendo con el avance de las páginas.
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Como se dice en el texto, estamos ante el escrito de un loco ingresado en una clínica psiquiátrica de Atenas dirigida por el doctor Galanis. Ha sido diagnosticado de arritmia cerebral, que es la causa de que haya perdido la memoria: no recuerda su pasado ni sabe por qué está allí. Uno de los médicos le ha dicho que quería matar al papa Francisco, aunque él desconoce cualquier detalle relacionado con el suceso. Su contacto con la realidad olvidada son unos correos electrónicos que le ha dirigido Atina, una mujer que parece emparentada con él y que se desplaza desde París para verle.
Al mismo tiempo, el escritor perturbado se encuentra con unos papeles que contienen un texto cuyo título es Metempsicosis y cuyo autor es otro demente que responde al nombre de Rupert Ranke. En ellos leemos unas palabras que sirven de guía en la lectura: “Quien decida aventurarse por estas páginas debe saber que no encontrará en ellas pensamientos edificantes, sabiduría perenne ni moraleja alguna. Pero podrá experimentar el dudoso placer de dejarse conducir por fuerzas extrañas, mediante una prosa bastante correcta, hacia lugares de difícil acceso aun para una imaginación desaforada”. Dicho queda.
Confusa, oscura y a ratos onírica, es una obra ambigua en exceso, formada por dos libros cuyo encaje es demasiado inconcreto
Metempsicosis es una obra ambigua en exceso, formada por dos libros cuyo encaje es demasiado inconcreto para que el lector pueda seguir el rastro de la historia, de modo que se pierde no ya en el sentido de lo que se le cuenta, sino en el propio intento de saber en qué lugar del laberinto se encuentra.
El primero se centra en el escritor y se acoge al recurso cervantino del manuscrito encontrado, a lo que se añade la conflictiva realidad del alter ego y del individuo loco que ignora quién es. En la segunda, Rey Rosa se interna aún más en el dédalo, introduciendo nuevos personajes y la religión de los wazarís, una creencia muy antigua y enigmática cuya fe se fundamenta en la transmigración de las almas.
Fiel a su credo, en esta obra confusa, oscura, a ratos onírica y sobradamente imprecisa –creo que también fallida porque hurta claves necesarias–, Rodrigo Rodrigo Rey habla de las guerras, de los movimientos migratorios, de la violencia que se comete contra los débiles y de atrocidades que se consuman en pleno siglo XXI, equivalentes a las de épocas pasadas.