Detalle de la ilustración de portada de 'El limo', de Rosa Jiménez. Editorial Tusquets

Detalle de la ilustración de portada de 'El limo', de Rosa Jiménez. Editorial Tusquets

Letras

De repente, el último verano de sexo y drogas: así es 'El limo', el deslumbrante debut de Rosa Jiménez

En su primera novela, la autora se mete en el barro con una imaginación desinhibida y valiente, y un ritmo narrativo poderoso que seduce al lector. 

8 junio, 2024 02:08

Hay novelas que recrean el pasado como si de un cuento de hadas se tratase; otros rescatan algunos instantes ingenuos o felices de la sórdida historia narrada . Y los hay que enfangan el ánimo del lector, porque abruman con el dolor que desprenden sus páginas.

El limo

Rosa Jiménez

Tusquets, 2024. 296 páginas. 19,90€

Es el caso de El limo, una ópera prima poco común por la pericia y talento novelesco de su autora, la narradora y fotógrafa Rosa Jiménez (Madrid, 1983), que es, a fin de cuentas, profesora de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores y de Narrativas Visuales en la Universidad Internacional de la Rioja.

La trama de la novela arranca en un pueblo venido a menos que se soñó centro turístico sin éxito alguno, con el enfrentamiento, una noche de verano, de dos primas –Olivia y Vera, la protagonista del relato–, que comparten un oscuro secreto sin que una de ellas sea demasiado consciente.

Mientras todos los jóvenes del pueblo se agolpan en torno a la discoteca Rainbow, Olivia, que ha vuelto a descansar unos días tras pasar unos años con su familia en Francia y vive en la zona alta, noble, del lugar, permanece ajena a todo, hasta que Vera, azuzada por su mejor amiga, la salvaje Erika, comienza a acosarla.

Rosa Jiménez. Foto: Rubén Abella

Rosa Jiménez. Foto: Rubén Abella

Pasado el tiempo, cuando la madre de la protagonista está agonizando, vuelven a verse y ajustan cuentas con más tristeza y derrota que deseos de venganza. De este modo, y con audaces saltos en el tiempo, la autora nos va descubriendo los misterios de aquel verano ya lejano de iniciación en el sexo y las drogas.

Hay mucha soledad en estas páginas, mucho escepticismo sobre la familia, la idealizada vida en el campo y una denuncia brutal sobre una juventud vulnerable de pura inocencia. Haciendo honor a su título, Jiménez se mete en el barro con una imaginación desinhibida y valiente y un ritmo narrativo poderoso, a veces incluso deslumbrante, que seduce al lector.