Manuel Arroyo-Stephens. Foto: Luis Asin.

Manuel Arroyo-Stephens. Foto: Luis Asin.

Letras

'De donde viene el viento', la mirada crítica sin ira ni nostalgia de Manuel Arroyo-Stephens

Acantilado rescata un puñado de piezas narrativas inéditas del fundador de la editorial y libreria Turner, fallecido en 2020.

16 junio, 2024 01:19

Manuel Arroyo-Stephens (Bilbao, 1945-El Escorial, 2020) fue alguien notable en el mundillo cultural madrileño del tardofranquismo. Por su céntrica librería, Turner, desfilaban escritores y artistas de la oposición y a la trastienda íbamos muchos a comprar o solo palpar legendarios libros olvidados o silenciados de la República.

De donde viene el viento

Manuel Arroyo-Stephens

Acantilado, 2024. 291 páginas. 24€ 

Fue también editor muy exigente con la materialidad del libro. Escritor de domingo, publicó novela y relatos de muy convincente prosa y unas memorias de escaso interés. De donde viene el viento rescata un puñado de piezas narrativas inéditas de este autor vocacional y algo secreto.

De donde viene el viento acoge textos del todo diversos: tanto en tono como en asunto y en medida. En el tono conviven el tratamiento emocional como la perspectiva bufa. Las anécdotas andan entre lo imaginario y el testimonio autobiográfico. En cuanto a la extensión, las dos primeras narraciones tienen la medida y la andadura de la novela corta mientras que los últimos resultan auténticos minirrelatos.

Estas piezas, aunque dispersas, comparten ciertas notas. La más destacada, aparte del desenfado, mirar de forma crítica el pasado desde la actualidad. Así lo hace el primer relato, “Mi madre es una trucha”, al recrear una emblemática historia de decadencia familiar a lo largo de la posguerra a partir de una situación reciente (lo indican un selfi o el coronavirus). Lo genérico se adorna, además, con apuntes testimoniales: se menciona “el gran pelotazo de Florentino” en la Ciudad Deportiva del Madrid.

La mirada crítica del ayer monopoliza “Cuatro Quijotes”, cuadro satírico de alto voltaje tramado con vivencias del propio Arroyo en su citada librería. Retrato de época, la incisiva pluma del autor parodia la censura, derrama sarcasmos sobre el Partido Comunista y despliega una tronchante sátira literaria con nombres reales o en clave (el novelista Gómez Pamplinas, “parangón” del realismo social y viajero a Corea del Norte).

Los inéditos de manuel arroyo tienen el aliciente del humor y la seducción de la crítica mordaz

En una decena de páginas desfilan Dionisio Ridruejo, Gonzalo Torrente Ballester, José Bergamín, Rafael Alberti, Juan García Hortelano y muchos más. Casi todos salen zaheridos por una pluma corrosiva la cual, tras este aquelarre, remata con un elogio de la relectura, “el lugar del que no quieres salir nunca”.

En otra pieza, la burla hiriente baña la estampa no de un empresario, sino de un hombre de negocios, según la aguda distinción que da lugar a la figura de un estafador. El enfoque grotesco sirve para un menudeo de denuncias, en las que entran tanto el escandaloso “caso funeraria” madrileño como Felipe González, “destacado alumno” del venezolano corrupto Carlos Andrés Pérez. Y no falta algún personaje medio velado con el que Arroyo se da el gusto de un ajuste de cuentas.

Para cerrar De donde viene el viento, la crítica, la reflexión, los grandes temas universales sobre la naturaleza humana desfilan en dos bloques de pequeños textos que añaden lo visionario y la fantasía a la ironía y la burla. Hablan de intelectuales y artistas, pintan al condiscípulo plasta, encontramos una gaviota asesina, un conejo contempla nuestra especie, aparece la muerte con registro patético…

La menestra narrativa del editor, librero y escritor Manuel Arroyo tiene el aliciente de la variedad, aunque ensombrecida por alguna reiteración, el acicate del humor y la seducción de la crítica mordaz. Y, sobre todo, el mérito de un estilo exacto, natural, fluido, claro, muy expresivo y de indudable y engañosa sencillez