Peter Sloterdijk y la teoría de los colores a partir del gris de Paul Cézanne
El filósofo desarrolla una completa cosmovisión del mundo, una herramienta para interpretar la historia, partiendo del color gris.
23 junio, 2024 02:00El filósofo y pensador alemán Peter Sloterdijk (Karlsruhe, 1947), con su larga y relevante trayectoria teórica, es sin duda una de las referencias más consistentes en el proceso de interrogación de nuestra existencia y las características del mundo actual.
Estamos ahora ante la edición en español de su última obra, cuya publicación original tuvo lugar en 2022. Y un dato importante como punto de partida: mientras que la traducción del título original es Quién no ha pensado todavía en gris. Una teoría de los colores, para la edición española, se ha elegido un título más preciso respecto a lo que plantea: Gris. El color de la contemporaneidad.
El libro traza un largo y denso análisis del concepto de lo gris, de “la grisería” (según se puntualiza en la página 25) como soporte de la representación de la experiencia y de su función determinante en el mundo actual. Se plantea como desencadenante una frase del pintor Paul Cézanne, “mientras no se haya pintado un gris no se es pintor”, en contraposición a los usos del blanco como expresión de lo supremo y su caída, así como el engaño que supondría “el idilio polícromo”.
Articulado en cinco capítulos –1. La grisería, 2. Ampliación de la teoría política del color, 3. El gris espectral, 4. El gris que te conmueve, 5. Los éxtasis grises–, entre los que se van interponiendo “cuatro digresiones”, el libro despliega un amplísimo trazado de referencias en el arte, la filosofía, el pensamiento religioso y los contextos sociales y políticos.
Todo ello supone una síntesis teórica, a través de la historia, de los acontecimientos y dimensiones de la organización colectiva de la vida humana, empleando como vía de interpretación la teoría de los colores, sus diferencias, y su utilización pública.
Sloterdijk traza un largo y denso análisis del concepto de lo gris y presta una intensa atención a la figura del Dios cristiano
En sus conclusiones, Sloterdijk presta una intensa atención a la figura del Dios cristiano, e indica que cuando se produce el paso de lo que denomina “la teología gris” (con un cielo dominado por “un gris absoluto”) a “la escatología gris” (con un cielo formado por una nube de ambigüedades), se habría producido un cambio decisivo en la condición de la humanidad.
“Desde hace más de doscientos años trabaja en las escisiones que a causa de la persistente indiferencia de Dios se abrieron en ella”. Y sería entonces cuando “las quejas que se elevaban antes al cielo vacío ahora se transformaron en demandas contra los beneficiarios de las relaciones establecidas en conceptos sociológicos y político-económicos” (p. 281).
En mi opinión, hubiera sido deseable que no situara de un modo tan determinante lo religioso y todas las consideraciones teológicas que sobre ello despliega, y que hubiera profundizado más en los procesos de transformación laica de la vida y lo que ello comporta.
En todo caso, es ahí donde él se sitúa para plantear como síntesis final la función de lo gris como una mediación que implica la cooperación de lo blanco y lo bueno, “mientras que el dominio único de la luz solo produciría un blanco desierto plano” (p. 282). Es decir, lo gris sería el horizonte de lo humano en todos los niveles: individual, social y político.