Ensayo

Fenomenología y cultura en ortega

Javier San Martín

10 enero, 1999 01:00

Tecnos. Madrid, 1998. 263 páginas

Este libro está escrito con generosidad, ya que San Martín muestra no sólo lo que Ortega debe a la Fenomenología, sino también lo que la Fenomenología debe a Ortega

J avier San Martín lleva planteando (con toda razón) sus trabajos sobre Ortega como una especia de "descarga de conciencia" generacional. Es la suya (la mía) una generación que guarda un cierto paralelismo con la de Ortega: no tuvo juventud académica. Asumió demasiado pronto una responsabilidad para la que no estaba preparada, dada la falta de maestros. Situada en el páramo cultural de la posguerra tuvo que salir, traducir, importar todo. No es extraño que careciera de pensamiento propio, aunque se afane ahora en ello. Es la tercera generación que no perteneció ni a los discípulos de Ortega ni a los discípulos de esos discípulos. Para esa generación, Ortega no ha sido una circunstancia suya. El descubrimiento vino después de haber transitado por otros caminos. Pero ya no es lo mismo. Dentro de este panorama, Javier San Martín tiene la elegancia de asumir (aunque no sea nuestro caso) una mala conciencia generacional: no nos enseñaron a Ortega y tampoco nosotros lo hemos enseñado. El resultado paradójico es que hoy el ensayo de un pensamiento autónomo pasa por la construcción de tradiciones. No somos tradición de nosotros mismos. Con el agravante de que la situación amenaza con perpetuarse: la penuria del pensamiento español en nuestras universidades es conocida. En parte merecida, si se tiene en cuenta que los llamados especialistas ignoran el pensamiento creador vivo de las últimas generaciones, para aventurarse en dudosas tareas arqueológicas sobre cuyo valor ya sentenciaba Ortega en referencia a Menéndez Pelayo: "non multa sed multum".
Este libro de Javier San Martín viene precedido de notables trabajos sobre antropología y fenomenología. Está escrito con conocimiento, desde dentro de los textos de Ortega y, salvo excepciones, deja fuera la bibliografía actual. Está escrito con entusiasmo, pues no sólo lo hace de manera profunda sino también dominando la retórica de la comunicación, como es el caso de la serie de preguntas en las que expresa su postura ante "La rebelión de las masas". Los textos que componen el libro han sido antes dichos que escritos y el lector percibe todavía en ellos el calor del encuentro. Está escrito con generosidad ya que, a diferencia del tratamiento de fuentes al uso, San Martín muestra no sólo lo que Ortega debe a la Fenomenología, sino también lo que la Fenomenología debe a Ortega. él fue uno de los primeros en introducirla en
Iberoamérica y también en querer separarse de ella, por formar parte del ese idealismo cuya superación era el tema de su (nuestro) tiempo. Si lo logró o no es materia de discusión entre los expertos y el recorrido de San Martín por diferentes hitos de la obra de Ortega es muy revelador. El resultado es un libro que nos entrega la imagen de un Ortega esencial y no la del zascandil perdido en eriales o casas de citas.