Ensayo

Antonio de Hoyos y Vinent

Mª del Carmen Alfonso

27 junio, 1999 02:00

Universidad de Oviedo, 1998, 321páginas

H ay escritores que gozan del raro privilegio de convertirse en personajes literarios: sus obras apenas se reeditan (o no se reeditan), pero todos recuerdan alguna anécdota con ellos relacionada. Es el caso de Antonio de Hoyos y Vinent, aristócrata y sindicalista, cuya figura llena de brilllos perversos tantas páginas de las memorias de Cansinos y de otros autores. Hoyos fue la versión hispana del héroe de Huysmans, un Wilde pasado por los espejos del callejón del Gato, el protagonista de una tragicomedia que comienza en un palacio y termina en la enfermería de la prisión de Porlier el 11 de junio de 1940.
Se inició muy temprano en la literatura con Cuestión de ambiente, sátira del mundo aristocrático prologada por Pardo Bazán. Los años de mayor prestigio y fama fueron de 1910 a 1925; su rostro, gordo y fofo, lo popularizan las colecciones de novela corta y las revistas ilustradas. En libros como El caso clínico o Los cascabeles de Madama Locura refiere raras perversiones, orgías refinadas y cosmopolitas; hace soñar y pecar a un amplio número de lectores y no desagrada a los críticos. A partir de 1925 comienzan a resultar cada vez más trasnochados sus resabios de un modernismo que choca con los aires vanguardistas.
De Hoyos se habla mucho, pero se sabe poco con certeza. Carmen Alfonso, con minuciosidad erudita que no excluye el buen estilo, ha llevado a cabo una reconstrucción biográfica del personaje que lo aleja de interesadas leyendas, y ha analizado lo fundamental de su narrativa, haciendo especial hincapié en la concepción del erotismo, a la vez tan personal y tan de su tiempo. No es un estudio definitivo (ninguno lo es): alguna publicación le ha resultado inencontrable. No le resta eso mérito al libro, imprescindible para el estudioso y para el hedónico aficionado a la literatura del primer tercio del siglo.