Siempre soñé con Africa
Kuki Gallman
10 octubre, 1999 02:00Kuki Gallmann es una de tantas amantes de la naturaleza virgen y la vida primitiva que decidió cambiar los mosquitos de Venecia por los elefantes de Kenia. Esta "medium" supo reconstruirse a sí misma tras un grave accidente de tráfico en Italia para poder volver a caminar sin muletas y valerse en la selva, su destino, donde debería estar ágil para subirse a un árbol y esquivar a un búfalo en cuestión de segundos. Consigue realizar su sueño en 1972, cuando "ricos y famosos que ahora se han convertido en convencidos conservacionistas, cazaban elefantes como si tal cosa, sin que se arqueara una sola ceja". Tanta tenacidad es la que le facilitó desafiar su mala suerte y soportar durante el resto de su vida el escenario de la tragedia. Pierde a su marido Paolo en un accidente de coche y más tarde a su hijo Emanuele, mordido por una serpiente bufadora. La "medium" se olía cada trago amargo, pero ni se planteaba esquivarlo. Mueren otros seres queridos, pero las puestas de sol de áfrica, las acacias en las doradas mañanas la compensaban. Nos cuenta su melodrama sin acabar de conmovernos, con presunción de entereza. Es torpe la presentación y construcción de unos personajes que, siendo reales, deberían calar en el lector más fácilmente. Gallmann está más pendiente de demostrar su increíble sensibilidad. Aun así atisbamos el paraíso en el que llegó a vivir, mucho antes de encabezar la lucha antifurtivos que tuvo su hito en julio de 1989, con la incineración de toneladas de marfil en el Parque Nacional de Nairobi.