Original y valioso, el libro está realizado con seriedad académica, aunque no agota los aspectos que pueden describir ese "atroz nacionalismo de pasamontañas"

Si leyeran este libro quienes, en las profundidades del fanatismo, tienen a los etarras como individuos a imitar, se les caería súbitamente la venda de los ojos. Los etarras están ofuscados con una idea delirante, no son teóricos de nada, viven cerrados en sí mismos -no sólo huidos de la sociedad-, carecen por lo general de formación y son machistas. Claro que si leyeran no ya éste sino libros de cualquier materia, en vez de la letra de las consignas y los folletos del nacionalismo sectario, los etarras y sus alevines entenderían que hay más mundo fuera de su espacio cerrado, sofocante y sin futuro.
Una de las utilidades de este libro original es que permite conocer el interior de ETA y comprobar la simplicidad de los planteamientos que, sin embargo, lleva a centenares de jóvenes a jugarse su vida y su porvenir por un objetivo que creen alcanzable y movidos por el odio a un Estado y a unas personas que consideran enemigos.
Fernando Reinares, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Burgos, ha realizado una investigación original e inteligente para averiguar quiénes son esos "patriotas de la muerte" -frase que encontró escrita a mano en el margen de un documento judicial- y qué les mueve a asesinar a sus semejantes. Para ello ha revisado más de trescientos sumarios y cerca de cuatrocientas cincuenta sentencias de la Audiencia Nacional y ha utilizado cuarenta y siete entrevistas con antiguos militantes de ETA, de las setenta que realizó.
Por lo tanto, el libro está apoyado en testimonios orales de un extraordinario valor -reproducidos como fueron emitidos, lo que ofrece autenticidad aunque a veces resulta tedioso- y en datos de la investigación judicial, con los que Reinares ha reconstruido el ámbito etarra.
La información resultante es sumamente útil, no sólo para elaborar el retrato robot del etarra tipo -por lo general hombre, soltero, cada vez más joven, guipuzcoano, de escasa formación, antes rural, ahora urbano...- sino también para conocer los motivos que le llevan a manifestar su odio mediante el asesinato -impresionante cómo los no nacidos en Euskadi se sienten inducidos a ser violentos para sentirse vascos (pág. 167)- y para comprobar lo improbable de un final decidido por los dirigentes de ETA, según esta declaración de uno de los ex etarras entrevistados: "Viven muy bien. Tienen mucho poder. Una persona que tiene hoy en día el poder... sobre la vida de mucha otra gente... de decir a éste mátalo, a éste no le mates; una persona que tiene mucho dinero, que vive bien sin trabajar, no puede dejarlo de la noche a la mañana" (pág. 49). Quien así habla es un guipuzcoano, obrero especializado cuando ingresó en ETA, con 20 años, en el posfranquismo.
éste es un libro, en fin, original y valioso, realizado con seriedad académica, aunque no agota los aspectos que pueden describir ese "atroz nacionalismo de pasamontañas", como lo llama el autor, pero útil en los temas que aborda.