Ensayo

La democracia en Europa

LARRY SIEDENTOP

10 octubre, 2001 02:00

Prólogo de J. Elliott. Siglo XXI. Madrid, 2001. 279 páginas, 3.500 pesetas

Para los habitantes del Viejo Continente el "tema de nuestro tiempo" no es otro que la construcción europea. De su éxito depende nuestro futuro colectivo, porque del nacional, a estas alturas de la historia, sabemos que poco puede esperarse. La construcción europea no ha sido el resultado de una idea, de una utopía o una ilusión. Los que la promovieron facilitaron el camino para su paulatino desarrollo, pero su origen está en la necesidad. Es una permanente huida hacia adelante de una naciones que no quieren dejar de serlo, pero que son incapaces de resolver individualmente los problemas que surgen dentro o fuera del propio territorio. Sólo sumando esfuerzos podemos dotarnos de un mercado capaz de sostener empresas que puedan competir, sólo unidos podemos superar las tendencias fraticidas que han caracterizado nuestra historia a lo largo de siglos. Sólo juntos podremos tener una política exterior y de defensa capaz de hacer valer nuestra opinión con mayor eficacia y menor coste.

Sin embargo, la ciudadanía se resiste a dejar de ser nacional. La fuerza de la identidad y la desconfianza hacia unas instituciones comunes generan fuertes resistencias, patentes en los distintos legislativos europeos. Por ello se ha seguido una estrategia realista: se evitan los grandes debates y se trata de avanzar poco a poco, manteniendo la ficción de que los estados siguen siendo los grandes protagonistas. El estado-nación y sus instituciones democráticas están dando paso a algo nuevo, informe y con una muy grave merma de representatividad.

La bibliografía sobre la unificación europea es amplia y de calidad. Ahora nos llega una excelente aportación a este debate a cargo de una de las grandes figuras de la historia de las ideas políticas, el profesor de la Universidad de Oxford Larry Siedentop. Como era de esperar, su enfoque parte de la historia de las ideas. Para mejor entender la situación utiliza un clásico ardid: contraponer el proceso europeo con uno de sus precedentes más notables, la unión de las colonias americanas en una sola federación. Frente al espejo norteamericano se destacan los muchos problemas, defectos o trabas que nuestra empresa colectiva tiene ante sí. No se trata de comparar, sino de ayudar a ver las dificultades reales.

Ante ello, y ésta es la tesis fundamental del libro, se hace necesario un gran debate que haga frente a la contradicción fundamental del modelo de unidad europeo: asumir que el camino recorrido exige definir las reglas de una nueva entidad estatal supranacional. En otras palabras, redactar una constitución europea. La moneda única y la naciente política exterior y de defensa europea requieren de una definición eficaz pero, sobre todo, el ejercicio de la ciudadanía no puede aceptar por mucho más tiempo la ficción en la que nos encontramos. La lectura de la excelente obra de Siedentop nos ayudará a entender mejor el momento en el que nos encontramos, superando la sofocante retórica comunitaria y enmarcando los acontecimientos en una rica perspectiva histórica e ideológica.