Ensayo

Dios, oro y petróleo. La historia de Aramco y los reyes saudíes

ANTHONY CAVE BROWN

7 noviembre, 2001 01:00

Traducción de Carlos Gardini. Andrés Bello. Barcelona, 2001. 468 páginas, 3.654 pesetas

El autor de estas páginas es un publicista conocido en medios periodísticos anglosajones. La importancia del relato que nos presenta en esta ocación -con título llamativo, sensacionalista incluso-, reside en la consulta de un sustancioso lote de archivos procedentes de ARAMCO (Arabian Oil Company).

La obra reposa, además, en algunas entrevistas a personajes del mundo financiero, empresarial y político americano, así como a no pocos reyes, jeques, imanes y, también, políticos pertenecientes a los países de Oriente Medio.

Cave Brown ha escrito en lenguaje periodístico, bastante plano, la historia del idilio entre los Estados Unidos y la legendaria Arabia, convertida en estado durante los turbulentos años treinta. Hay que señalar la ausencia en Dios, Oro y Petróleo de un mapa que oriente al lector geográficamente.

Yendo al fondo de la cuestión, se impone apuntar la especial relación que ha unido a los gobiernos de Estados Unidos, en particular a partir de Roosevelt (1933-45), con Arabia. El conglomerado de intereses petroleros americano buscó garantizarse una fuente de aprovisionamiento energético, desplanzando la hegemonía británica en Oriente Medio a partir del final de la II Guerra Mundial, luego de haber fracasado el sueño oriental de Hitler; y teniendo que sortear los avatares políticos en la zona entre los 50 y los 80, cuando ARAMCO reposó en manos saudíes.

Por su parte, la dinastía saudí intentó legitimar su autoridad a partir de la variante islámica wahabí, encaminada a purificar el legado musulmán sunní. No en vano, Arabia es sede de lugares sagrados del Islam: La Meca y Medina. Como pone de relieve Cave Brown, desde Ibn Saoud hasta el rey Fahd -por no hablar de los días procelosos que atraviesan las relaciones islamo-estadounidenses-, Arabia Saudí se ha visto obligada a ponerse del lado palestino en el conflicto con las autoridades y el pueblo israelíes a partir de 1948. Esta solidaridad verbal con la OLP se ha transformado en financiación a escala mundial del Islam purista, sobre todo desde que se fundara el Consejo Islámico Mundial en los años ochenta.

Esto último lo saben los servicios de inteligencia americanos, como Riyad ha estado al corriente del apoyo americano a la causa de Israel. Esta doble política americana y saudí ha valido a los Estados Unidos serios disgustos, como la expansión del Islam radical en su manifestación terrorista; y a Arabia Saudí, varios anatemas de su entorno musulmán, ya procedieran del panarabismo nasseriano , ya tuvieran sus orígenes en el discurso del ayatollah Jomeini a los "peregrinos iraníes a la Meca".

éstas y otras puntualizaciones aparecen fácticamente respaldadas en el ágil -aunque plano- relato de Cave Brown. El resultado final queda a alguna que otra legua de la obra de Wm. Roger Louis, por remitir al lector a una clásica referencia historiográfica en la materia.