El futuro no es lo que era
Felipe González y Juan Luis Cebrián
2 enero, 2002 01:00El espíritu crítico brilla por su ausencia, dando paso a un majestuoso ejercicio de "mecachis que guapos somos". Con injustificada solvencia argumentan sobre lo humano y lo divino, sin superar, en demasiadas ocasiones, el nivel de charla informal en torno a unas cervezas. Por momentos el lector pasará del susto a la alarma por la pobreza de los fundamentos ideológicos, la presencia de tópicos o los residuos de cultura progre en dos destacados elementos de nuestra clase dirigente. Las formas democráticas, el nivel de educación de la sociedad española y el puro sentido común hacen difícilmente tolerable el reiterado desprecio hacia Aznar y el PP, gusten o no personas y políticas, o la denuncia, a todas luces excesiva, de intrigas y maniobras del Opus Dei en la política española.
Tom Burns, con sus tres excelentes libros de Conversaciones..., nos mostró cómo este género tiene cabida y desarrollo en nuestra literatura política. Cebrián podía haber seguido su estela colocándose en la posición del periodista y forzar a González a centrarse en los temas relevantes, sin concesiones, forzándole a llevar los argumentos hasta sus últimas conclusiones y tratando de evitar ese recurso, tan característico de González, a las medias verdades.
Se ha perdido una excelente oportunidad de escribir un buen libro-entrevista con González. Un personaje que tiene un destacado sitio en nuestra historia política. Un hombre inteligente, con capacidad analítica, escurridizo y hábil, responsable de mucho de lo bueno y no tan bueno de la España actual. Mucho es lo que se escribirá sobre su persona y desde perspectivas muy distintas. Esperemos que en el futuro los editores cumplan con su cometido.