La industria del libro
Jason Epstein
5 septiembre, 2002 02:00Analiza Epstein el proceso que ha llevado a la concentración editorial y a la desaparición de las librerías tradicionales a favor de las cadenas. Y concluye que ese proceso es insostenible, que la naturaleza de la mercancía está reñida con la necesidad de beneficios rápidos y enormes inversiones que plantea la industria editorial en su actual estadio; y que la solución, de la mano de Internet y otras innovaciones tecnológicas auxiliares -libro digital, máquinas para imprimir libros descargados de fondos digitalizados, etc-, conllevará la desaparición de buena parte de los intermediarios actuales entre autor y lector y la reducción de la tarea del editor a unas pocas pero imprescindibles labores cruciales. Augura Epstein que esta simplificación implicará una vuelta a la empresa pequeña y a la edición artesanal; y que, por lo mismo, el lector buscará en la librería aquello que no encuentra en Internet: ambiente grato y atención personalizada.
Comparte uno de buena gana el optimismo humanista de Epstein, más convincente aún por venir adobado de perspectiva histórica y de un puñado de jugosas anécdotas en las que comparecen escritores como Nabokov, Auden o el gran crítico Edmund Wilson. Son éstas las causantes de que este ejercicio de voluntarioso optimismo deje en el lector un melancólico regusto a elegía por un mundo desaparecido.