Mi vida junto a un enfermo de Alzheimer
Margarita Retuerto
8 mayo, 2003 02:00
Nacida en 1944, la vida de Margarita Retuerto constituye una excelente ilustración de una generación de mujeres a las que les ha tocado abrir camino y luchar en muchos frentes. Abogada con tres hijos, su biografía profesional es articulada, compleja y brillante.
El libro que nos propone, editado con la colaboración de la periodista Flora Sáez, es un texto que agarra desde la primera página hasta la última. Su narración, en primera persona, muestra cómo a finales de 1995 su marido, con cincuenta y seis años, empieza a dar señales de que algo marcha mal. Piloto, Director de Operaciones de AVIACO, lo cierto es que "no levantaba cabeza". En efecto, en julio de 1996 el comandante José Antonio Gómez-Barcena pasa el exigente y periódico examen médico que deben sufrir los aviadores en el CIMA, pero su cabeza ya no funciona como antes. El matrimonio acude a un conocido catedrático de Neurología que no acierta con el diagnóstico. Quién iba a pensar que un comandante de AVIACO, todavía en vuelo, con un físico envidiable, había comenzado a desarrollar el mal de Alzheimer. Retuerto le va dando a los interruptores que iluminan los mil recovecos de esta demencia presenil, de un mal degenerativo que va afectando a las células de los lóbulos frontal y temporal, para ir adueñándose del cerebro y de la vida del enfermo.
En la actualidad, como escribe la autora, no existe un tratamiento efectivo para curar, o siquiera detener, esta demencia progresiva que puede afectar a un diez por ciento de la población mayor de sesenya y cinco años y, quizá, a la mitad de los mayores de ochenta y cinco años.
Envuelto en un ejercicio de sinceridad, el lector asiste al desarrollo del Alzheimer en una persona a la que se palpa entre las páginas. Siente las primeras mordeduras de los olvidos inexcusables en la vida familiar y profesional del piloto, del marido y del padre. Las desorientaciones en trayectos o lugares de siempre, el miedo, la imposibilidad de controlar las funciones corporales.
Junto a todo esto, Margarita Retuerto rehace su memoria, aquello de lo que carece su esposo, y muestra la lucha titánica de una mujer de su tiempo.
El libro que nos propone, editado con la colaboración de la periodista Flora Sáez, es un texto que agarra desde la primera página hasta la última. Su narración, en primera persona, muestra cómo a finales de 1995 su marido, con cincuenta y seis años, empieza a dar señales de que algo marcha mal. Piloto, Director de Operaciones de AVIACO, lo cierto es que "no levantaba cabeza". En efecto, en julio de 1996 el comandante José Antonio Gómez-Barcena pasa el exigente y periódico examen médico que deben sufrir los aviadores en el CIMA, pero su cabeza ya no funciona como antes. El matrimonio acude a un conocido catedrático de Neurología que no acierta con el diagnóstico. Quién iba a pensar que un comandante de AVIACO, todavía en vuelo, con un físico envidiable, había comenzado a desarrollar el mal de Alzheimer. Retuerto le va dando a los interruptores que iluminan los mil recovecos de esta demencia presenil, de un mal degenerativo que va afectando a las células de los lóbulos frontal y temporal, para ir adueñándose del cerebro y de la vida del enfermo.
En la actualidad, como escribe la autora, no existe un tratamiento efectivo para curar, o siquiera detener, esta demencia progresiva que puede afectar a un diez por ciento de la población mayor de sesenya y cinco años y, quizá, a la mitad de los mayores de ochenta y cinco años.
Envuelto en un ejercicio de sinceridad, el lector asiste al desarrollo del Alzheimer en una persona a la que se palpa entre las páginas. Siente las primeras mordeduras de los olvidos inexcusables en la vida familiar y profesional del piloto, del marido y del padre. Las desorientaciones en trayectos o lugares de siempre, el miedo, la imposibilidad de controlar las funciones corporales.
Junto a todo esto, Margarita Retuerto rehace su memoria, aquello de lo que carece su esposo, y muestra la lucha titánica de una mujer de su tiempo.
