Unión Soviética, comunismo y revolución en España
Stanley G. Payne
15 mayo, 2003 02:00Stanley G. Payne. Foto: Gustavo Cuevas
Con el respaldo de una exhaustiva bibliografía, el eminente hispanista norteamericano Stanley G. Payne se adentra en la reconstrucción de la influencia de la Unión Soviética, por medio del Komitern y el PCE, en la política española entre 1931 y 1939, intervención significativa desde 1935, con el fomento de la táctica del Frente Popular y, sobre todo, desde el desencadenamiento de la Guerra Civil, particularmente a partir del gobierno Negrín.Desatada la conflagración, los objetivos de la URSS englobaron una doble vertiente, exterior e interior, que implicaba asimismo un doble juego en el discurso que justificaba esos fines. El objetivo exterior, de índole estratégica, concernía a la seguridad de la URSS, a la contención de Alemania a través de un lazo con las potencias democráticas o, en el mejor de los casos, al enfrentamiento de éstas con los nazis para, una vez debilitados ambos contendientes, aprovechar la ocasión.
En el plano interior, se buscaba la mayor influencia de los comunistas en los gobiernos. Tras capitalizar el efecto de la revolución del 34, el éxito del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 había coronado todas las expectativas de Moscú, nada deseosa de involucrar al país en la incertidumbre que podía derivarse de un enfrentamiento civil, pues consideraba más útil apurar la legalidad para liquidar a las fuerzas conservadoras.
Desatada la contienda, se buscó desarrollar ese influjo sobre las instituciones, tratando de controlar el proceso revolucionario y unificando medios y fuerzas para hacer frente al fascismo. Esa táctica antifascista, que resumía la Guerra Civil española bajo la consigna de la lucha entre fascismo y democracia, que pretendía inclinar por el bando de la República a las potencias democráticas, tuvo tal éxito que constituye, según Payne, uno de los mitos históricos que mejor se han mantenido.
Pero la realidad, siguiendo al autor, es que, frente a quienes interpretan que los comunistas actuaron como contrarrevolucionarios en su bando, conteniendo los afanes revolucionarios de las otras fuerzas de la izquierda, aquéllos impulsaron la instauración de una república de nuevo tipo que nada tenía que ver con una democracia liberal. Como señalaron en su importante trabajo Elorza y Bizcarrondo, con sus particularidades, en España se ensayaba el tipo de democracia popular que se implantaría en el Este de Europa después de 1945. De hecho, señala Payne, existía un precedente en la intervención soviética en Mongolia Exterior en 1924.
Esa pretensión de los comunistas, siempre dirigidos por Stalin y el Komitern, suscitó una fuerte oposición dentro de las filas republicanas, cuyos grupos tenían sus respectivas formas de ver lo que debería ser una "república popular", aunque ninguna de ellas encajaba en el modelo de democracia liberal, contrastando con la comunista, más definida y realista. Debido a esas diferencias, duda Payne que el proyecto de hegemonía comunista se pudiera imponer en algún momento, por mucho que su propósito final fuese ese. En este sentido, del libro se desprende que las peculiaridades del contexto español, empezando por su ubicación cultural y geoestratégica en la Europa Occidental, hacían muy difícil la realización de los designios de Stalin y sus secuaces.
Junto al asunto de la intervención soviética y de los comunistas, quienes realmente constituyeron el factor más importante por su capacidad organizativa, por la división del resto de las fuerzas de la coalición republicana y por el papel preponderante de la URRS, como único apoyo internacional, Payne proporciona conclusiones bien argu- mentadas sobre otras cuestiones decisivas, como, entre otras, las causas de la Guerra Civil, el desarrollo de una verdadera revolución o la ya mencionada singularidad comparativa del conflicto. Además de su notabilísimo valor intrínseco, en tanto valiosa aportación al mejor y mayor conocimiento de aquel agitado período, el trabajo de Payne representa una notable contribución académica a la depuración de las falsificaciones y deformaciones de la memoria histórica que sobre la Guerra Civil y la Segunda República se han venido dando últimamente con manifiesta intención política.