Image: El médico, el enfermo y el filósofo

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Ensayo

El médico, el enfermo y el filósofo

Jacqueline Lagrée

17 febrero, 2005 01:00

Jacqueline Lagrée. Foto: Archivo

Traducción de Pablo L. Cantó. La Esfera. Madrid, 2005. 204 páginas, 19 euros

La bioética es consecuencia del vertiginoso avance de las ciencias médicas y de la biología. Bioética es un término que se refiere a la ética indispensable para que determinadas decisiones relativas al desarrollo, o a la interrupción, de la vida humana se ajusten a normas admitidas socialmente.

La complejidad de las nuevas técnicas biomédicas ha creado esta nueva figura hospitalaria cuyo cometido es iluminar a los doctores en la práctica de la medicina. En Francia se creó en 1983 el Comité Consultivo Nacional de ética a fin de proporcionar un marco legal y organizativo a las distintas cuestiones éticas que la investigación y el ejercicio de la medicina planteaban al sistema sanitario. Jacqueline Lagrée es profesora de Historia de la Filosofía Moderna en la Universidad de Rennes y lleva quince años trabajando en el Comité regional de bioética de Rennes. Desde esta doble posición, la del ejercicio docente de la filosofía y la práctica de la ética en colaboración con médicos y personal sanitario, ha emprendido la escritura de este volumen, un ejercicio de reflexión nuevo y distante de anteriores obras suyas dedicadas al pensamiento de Erasmo o de Spinoza.

El primer jalón de El médico, el enfermo y el filósofo lo constituye el planteamiento de si la persona comienza con el embrión, unión de un espermatozoide y un óvulo que da lugar a un huevo dotado de un programa genético. Tras fijar los límites éticos de la experimentación con, primero, embriones y, después, con personas adultas, Lagrée aborda las complejas relaciones que se establecen entre médico y enfermo.

Entre las amenazas ante las cuales un paciente de un centro sanitario se halla más indefenso, destaca Lagrée la indiscreción. El "secreto médico" puede saltar, y de hecho salta, de mil maneras distintas. En su opinión, la protección legal del "secreto médico" debe mejorarse de inmediato. Del mismo modo, la medicina predictiva plantea un sinfín de dilemas éticos: ¿se deben amputar los senos a una mujer cuya abuela, madre, tía o hermana haya fallecido a causa de un cáncer de mama?

Desde una perspectiva bioética no podía faltar la reflexión sobre dos cuestiones de máxima actualidad: la vida y la muerte contempladas desde la medicina neonatal y la eutanasia. El bebé prematuro en la urgencia de la sala de parto, el enfermo que quiere morir, el testamento vital y los cuidados paliativos conforman escenarios de problemas repletos de contradicciones y obscuridad que Lagrée trata de iluminar. La enfermedad grave, la enfermedad como ruptura de la identidad corporal requiere, tal como se señala en estas páginas, un pensamiento capaz de entender los novedosos y complejos avances de la biomedicina que, en ocasiones, pueden entrar en contradicción con principios éticos insoslayables. El médico no debe tener como finalidad la salud (el éxito) sino la persona enferma, y para ello tanto él como la familia o los allegados del paciente deben establecer un pacto de confianza y de colaboración armado de las virtudes implícitas en las relaciones humanas.