Image: Segundo libro de crónicas

Image: Segundo libro de crónicas

Ensayo

Segundo libro de crónicas

Antonio Lobo Antunes

17 febrero, 2005 01:00

Antonio Lobo Antunes. Foto: Carlos Miralles

Trad. Mario Merlino. Mondadori. Barcelona, 2004. 272 pags, 19 e.

Este Segundo libro de crónicas de Lobo Antunes, uno de los novelistas más importantes de la literatura portuguesa de las últimas décadas, es una continuación del que publicó hace algunos años.

Como ya se vio en el primero, también esta segunda entrega está compuesta por artículos que el autor ha venido escribiendo en la prensa de diferentes países, entre ellos España. Hace tiempo que Lobo Antunes ha logrado un merecido reconocimiento como escritor, entre los más grandes en la literatura europea actual. Por ello estas "crónicas", que son testimonio íntimo del pensamiento, las ansias y las zozobras del creador de grandes novelas como Esplendor de Portugal, Exhortación a los cocodrilos y Buenas tardes a las cosas de aquí abajo, entre otras, guardan un elevado interés para quienes pretendan conocer más de cerca al autor que ha puesto lo mejor de su vida en sus libros, pues el hombre y el escritor son lo mismo en su persona.

El libro consta de 78 artículos que componen una autobiografía parcial, a rachas, fragmentaria. En su mayoría los textos están escritos en primera persona, con un tono confesional, orientado a la reflexión o a la narración, según el tema tratado en cada caso. Por lo dicho antes, los más interesantes son aquellos en los cuales el autor reflexiona sobre su oficio desnudando su alma de letra-
herido en consideraciones acerca de su escritura. La permanente ambición siempre insatisfecha del autor arde al rojo vivo en los materiales incandescentes que el hombre y el escritor ponen en el fuego de la creación literaria. Son muchos los textos que abordan estas cuestiones. Entre otros, cabe destacar "Receta para leerme" y "Silbar en la oscuridad". En ellos se ofrece una poética de la escritura y la lectura autocrítica de sus obras, desde un enfoque supragenérico y una profunda convicción en la dignidad de la novela. He aquí una muestra reveladora de su angustiosa concepción de la literatura: "La verdadera aventura que propongo es aquella que el narrador y el lector emprenden juntos hacia la negrura del inconsciente", lo cual conduce "al encuentro de las tinieblas fatales, indispensable para el renacimiento y la renovación del espíritu". "Me gustaría que las novelas no estuviesen en las librerías al lado de las otras, sino apartadas y en una caja cerrada herméticamente, para no contagiar a las narraciones ajenas o a los lectores desprevenidos: a fin de cuentas, sale caro buscar una mentira y encontrar una verdad" (págs. 91 y 92).

Pero la literatura, como creación autorial y en su re-creación lectora, aun siendo lo más importante, la música, el cine y el arte en general no son los únicos temas de esta autobiografía dispersa. La memoria del autor lisboeta evoca y revisa experiencias de su infancia con su familia, recuerda el horror vivido en Angola, su desinterés por la profesión médica (que abandonó: Lobo es psiquiatra) para dedicarse por entero a la literatura, rememora su comunión fraternal con amigos entrañables (como Cardoso Pires y Eugénio de Andrade), revive su relación conflictiva con Portugal, cuenta lo que le sucedió en algún viaje y reflexiona sobre el amor, el dolor y la muerte. De todo ello se habla en esta confesión plural de un escritor fundamental de nuestra época, tan necesario en tiempos de imposturas y frivolidades que nos dificultan comprendernos como seres humanos con nuestras ansias y nuestro desamparo en el inexorable paso del tiempo.