Image: Cervantes. Genio y libertad

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Ensayo

Cervantes. Genio y libertad

Alfredo Alvar Ezquerra

21 abril, 2005 02:00

Miguel de Cervantes

Temas de Hoy. Madrid, 2004. 470 páginas, 22’90 euros

Por lo general, quienes se ocupan de historiar la vida de un autor literario no son los historiadores, sino los estudiosos de la literatura, dado que lo que hizo importantes a tales personajes fue su creación, más que su propia experiencia vital.

Pero no ocurre así cuando se trata, como en el caso de Cervantes, de una de las figuras míticas de la literatura española y universal, cuyo solo nombre suscita el interés del público lector. El que sea un historiador quien se acerque al Miguel de Cervantes de carne y hueso es el gran atractivo del libro de Alvar. Para ello se ha valido de su profundo conocimiento de la época en que vivió el autor del Quijote -acreditado en anteriores trabajos- y de un notabilísimo dominio de la obra cervantina; todo ello aderezado por su pluma fácil y un estilo cercano al lector no especializado. El problema, sin embargo, es que lo que conocemos documentalmente sobre la vida de Cervantes no es demasiado, y en muchos casos hay que recurrir a lo poco que él escribió sobre sí mismo, o deducir sus experiencias vitales, sus ideas y opiniones, de los personajes creados por su ficción literaria. Lo que sucede es que tal procedimiento nos plantea dudas, como por ejemplo saber qué porcentaje de la aventura del capitán cautivo que se narra en el Quijote, o de cuanto se relata sobre árgel en otras obras suyas, responde a las vivencias del Cervantes cautivo, y qué otra proporción es el producto de la creación literaria; o conocer las opiniones de Cervantes a partir de una obra polifónica, con personajes discordes.

Desde un punto de vista documental, la principal aportación del libro son las actas del ayuntamiento de Madrid de las últimas décadas del siglo XVI, que nos permiten conocer mejor diversas cuestiones relacionadas con la vida de Cervantes. Aparte de ello, y como el propio Alvar reconoce, su estudio es ampliamente tributario de cuanto ya se sabía sobre el autor del Quijote, sobre todo de la monumental biografía de Astrana Marín (1948-1958), así como de los trabajos de Canavaggio, Martín de Riquer, Francisco Rico y otra amplia nómina de ilustres cervantistas. Lo mejor de la obra de Alvar es la recreación del ambiente histórico en que vivió Cervantes y las numerosas explicaciones historiográficas que aporta, algunas de ellas magníficas, como la que dedica a analizar las causas del traslado de la Corte a Valladolid entre 1601 y 1606. El único problema es que, en más de una ocasión, tales análisis rompen el hilo de la biografía, lo mismo que algunos de los apartados en que, a partir de textos cervantinos, se analizan las opiniones del autor sobre determinados temas.

En la línea de Américo Castro, Alvar defiende un Cervantes influido por el erasmismo, amante de la libertad y la independencia y dotado de una gran capacidad para la autocrítica y la crítica social. Resalta asimismo su gran inteligencia, su capacidad como historiador -que nos transmite fielmente tipos, conflictos y situaciones del mundo en el que le tocó vivir- o su "mente cinematográfica". Para todo ello, sin embargo, se basa esencialmente en su obra escrita, lo que significa que el personaje histórico Miguel de Cervantes se nos sigue ocultando tras el portentoso creador literario y que seguimos sabiendo poco sobre la vida del autor del Quijote. Pero esto no es culpa de Alfredo Alvar, quien ha realizado un exhaustivo acercamiento a su figura y ha sabido encuadrarle en las luces y sombras de la España de Felipe II y los primeros años del reinado de Felipe III.