Image: Los conquistadores del horizonte. Una historia mundial de la exploración

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Ensayo

Los conquistadores del horizonte. Una historia mundial de la exploración

Felipe Fernández-Armesto

19 octubre, 2006 02:00

Desembarco español en las américas

Destino. Barcelona, 2006. 576 páginas, 29 euros

El autor, profesor de Historia en la Universidad de Oxford, ha publicado numerosos trabajos sobre temas tan variados como los Reyes Católicos, las islas Canarias después de la conquista, la Armada Invencible o la historia de Barcelona. Es también un reconocido experto en la historia de los descubrimientos oceánicos, en la que su libro sobre Colón (Crítica, 1992) constituye uno de los mejores acercamientos a la figura del Almirante. Pero tal vez lo más característico de su producción sean las visiones de conjunto, con títulos como: Milenium: una historia de nuestros últimos mil años (Planeta, 1995), Civilizaciones: la lucha del hombre por controlar la naturaleza (Taurus, 2002), Historia de la comida: alimentos, cocina y civilización (Tusquets, 2004), o Breve Historia de la Humanidad (Ediciones B, 2005). El libro que hoy nos ocupa es también un trabajo global, algo muy apreciado por el lector -deseoso de encontrar un compendio de los conocimientos sobre esta o aquella cuestión- pero que tiene las ventajas y los inconvenientes de este tipo de trabajos, en los que la visión de conjunto prima sobre el estudio de los elementos que lo componen. La necesidad de analizar toda la historia de la Humanidad y dar noticia de todas las exploraciones hace que en muchos casos sólo puedan ofrecerse detalles genéricos. Como es lógico, el conocimiento del autor no puede ser el mismo de cada una de las épocas y exploraciones, lo que se aprecia en el tratamiento más detallado y preciso de la Baja Edad Media y la Edad Moderna.

Pese a todos estos inconvenientes, estamos ante un magnífico libro, un reto al que pocos historiadores pueden enfrentarse con la capacidad y solvencia de Fernández-Armesto. Desde la dispersión de los primeros homínidos y el primitivo homo sapiens hasta la actualidad, relata de forma sumamente atractiva los resultados de las dos tendencias contrapuestas de los grupos humanos: divergencia y convergencia, que explican las exploraciones, descubrimientos y conquistas que se han sucedido en el planeta. Y no se limita a contar, sino que trata en todo momento de explicar las razones y características de cada una de tales aventuras; las causas por las que, en cada momento, el protagonismo principal correspondió a unos u otros pueblos; los medios técnicos disponibles, la plasmación literaria y cultural de los viajes, el desarrollo de la cartografía,... Pese a los títulos un tanto poéticos de los capítulos, la obra sigue un plan cronológico y se acompaña de numerosas ilustraciones, láminas y mapas. Hubiera sido de desear que estos últimos -no demasiado complicados por otra parte- se hubiesen traducido para facilitar su lectura. Asimismo, he localizado diversos defectos en una traducción bastante buena en general. Expresiones como "Recién la historia de un grupo de chimpancés puede escribirse", o "cuesta de creer"; el uso del adjetivo antiguo "temperado" (por templado), "remarcable" (por notable), o alguna falta de concordancia entre el sujeto y el verbo. Son en cualquier caso pequeños detalles que no disminuyen el mérito evidente de la que habrá de ser, desde ahora, la mejor síntesis e interpretación de conjunto del fenómeno de las exploraciones. El libro cuenta además con otra virtud, característica de toda la obra de Felipe Fernández Armesto y fruto, sin duda, de su amplia visión de la historia: el abandono de cualquier eurocentrismo, la constatación de que los descubrimientos, las capacidades y las hazañas se han dado en otros muchos ámbitos y momentos, y que el gran salto hacia delante que supuso para Occidente la expansión oceánica iniciada a comienzos de la Edad Moderna pudo haberse producido en otras culturas. "Un observador del mundo en el siglo XV -escribe- hubiera pronosticado sin duda que China precedería a los demás pueblos en la hazaña de completar la vuelta al planeta, en la apertura de rutas transoceánicas y en el establecimiento de un imperio marítimo. En realidad nada de eso llegó a producirse, y quedó libre el camino para que fueran los exploradores europeos, de perfil mucho menos prometedor, quienes descubrieran las rutas alrededor del mundo."