Image: La gramática descomplicada. Un libro para aprender sin estudiar

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Ensayo

La gramática descomplicada. Un libro para aprender sin estudiar

Álex Grijelmo

19 octubre, 2006 02:00

Álex Grijelmo. Foto: Archivo

Taurus. Madrid, 2006. 360 páginas, 19 euros

Además de conocimientos, hacen falta valor e imaginación para escribir un libro como éste. álex Grijelmo tiene en su haber obras importantes desde el punto de vista lingöístico, en las que une a la ágil pluma de periodista -El estilo del periodista- su curiosidad y su saber en temas relacionados con el uso de la lengua -Defensa apasionada del idioma español, La seducción de las palabras, La punta de la lengua, El genio del idioma-, pero ninguna tan técnica sin renunciar a lo lúdico. La gramática descomplicada aborda desde el título la dureza del argumento propuesto, con un guiño en el calificativo descomplicada, que atrae por rompedor y promete al lector facilitarle lo difícil.

Escrita para personas no especializadas con paralelismos didácticos entre el funcionamiento de la lengua y el del cuerpo humano o el del mecanismo de un coche, esta gramática pretende "dar una idea de cómo se estructura el lenguaje y cómo funciona" desde el respeto al uso heredado, sin eludir ningún tema, con alusiones pertinentes a las diferencias entre el español de unas zonas y otras. Para no desalentar a los lectores, Grijelmo evita desde el principio el uso de tecnicismos, que sustituye por nombres más comprensibles como palabras "mecano", palabras frase, verbos ambulancia o verbos tornillo; recuadra lo que quiere destacar, como la "definición" del acento, que dice: "Los acentos (del lat. accentus) son la música de las palabras, las notas de la partitura que leemos", y recurre a ejemplos simpáticos, muchos del mundo del fútbol o de la política, que sirven para apoyar los contenidos y, a la vez, para aligerar las más de cuatrocientas paginas de esta verdadera gramática. Las dudas frecuentes se enfocan aquí desde lo positivo con trucos para resolverlas, sin que asome nunca el temido espíritu censor de los gramáticos con sus dictámenes de qué es correcto y qué no: basta con advertir qué desviaciones del uso no resultan elegantes y cuáles oscurecen el razonamiento… Como tantas otras a lo largo del libro, resulta original la explicación de un tema tan árido como el de los relativos, donde se insiste en que éstos sirven para enlazar unos elementos con otros, convertidos en especialistas en relaciones publicas: "Si alguien suelta un relativo en una fiesta, él consigue que todo el mundo hable con todo el mundo al menos en algún momento. Son capaces de conectar a los más distantes, de aproximar a los enfadados y de contentar a los solitarios". ésta no es una gramática al uso, pero los gramáticos tendrán mucho que agradecerle, ya que va a conseguir que un número elevado de hablantes vuelva a pensar en ella y sobre ella. Podría decirse aquello de… la gramática resulta complicada. ¿Quién la descomplicara? El descomplicador que la descomplique buen descomplicador será.