Image: La huella de España y de la cultura hispana en EE.UU.

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Ensayo

La huella de España y de la cultura hispana en EE.UU.

Borja Cardelús

26 abril, 2007 02:00

Borja Cardelús. Foto: Chema Tejeda

Centro de Cultura. Iberoamericana. Madrid, 2007. 320 páginas. 24 euros.

A menudo comprobamos que verdaderos expertos en una materia se estrellan a la hora de ofrecer al gran público una información bien organizada, un producto lo suficientemente bien lubricado como para que funcione a nivel divulgativo. Borja Cardelús ha demostrado en su dilatada carrera de comunicador que sabe dar con el formato perfecto para los temas que se propone difundir, sin renunciar a la prolijidad de contenidos. Por usar una imagen de última generación, este libro sobre la huella de España en EEUU que nos ocupa, lo mismo serviría para un doctorado universitario que para un bachillerato de los que se avecinan, o sea cuajado de repetidores. Cardelús, Premio nacional de Medio Ambiente, realizó setenta películas para televisión en series como "Parques nacionales", "Naturaleza ibérica", "La marisma y el llano", "De polo a polo" y "La España salvaje". Su dedicación a la naturaleza se completa con nueve libros, dos enciclopedias ecológicas y seis novelas de ámbito rural. Desde hace unos años ha desplazado su interés a Iberoamérica, realizando dos documentales y la película El tiempo recobrado: la obra de Legazpi, además de los libros Luces de la cultura hispana y Guía del Camino Real de Tierra Adentro. En este nuevo libro de atractiva edición y documentado con abundante material gráfico, hace un recorrido eficaz y completo por la historia de las colonias españolas en los territorios que hoy son de Estados Unidos, desde las primeras incursiones de los aventureros a las huellas que un periodo nada despreciable de dos siglos de presencia española han dejado hasta hoy. La Florida fue el primer terreno que un émulo de Hernán Cortés como fue Ponce de León se empeñó en peinar buscando la fuente de la eterna juventud. Son especialmente apasionantes los primeros pasos en esta tierra incógnita, más al norte de los asentamientos consolidados, que dieron aventureros como Vázquez de Ayllón, álvarez de Pineda o Esteban Gómez. Novelesca y digna de una adaptación cinematográfica es la historia que empieza con la expedición punitiva contra Hernán Cortés de Pánfilo de Narváez y que acaba con la travesía de seis años, tras un espantoso naufragio, de álvar Núñez Cabeza de Vaca, vagando por tierras de indios con tres compañeros como dioses desnudos. Con inteligencia didáctica, Cardelús intercala apartados que amenizan la lectura sobre instituciones como la misión, el presidio, el rancho y el pueblo, cuyos corazones siguen latiendo en el centro de muchas poblaciones aún vivas. Nunca está de más recordar la odisea de tantos hombres que con espíritu humanista, frente al mercantil del colonialismo británico, lucharon por consolidar la soberanía española sobre casi dos terceras partes del actual territorio de Estados Unidos. Tras años de vida salvaje, cambiando de piel dos veces como las serpientes, la banda de Cabeza de Vaca se topó un día con una hebilla de la funda de una espada, y nos imaginamos ese encuentro con el progreso como uno de los momentos estelares de la Humanidad. El recorrido histórico pasa luego a la Arizona de Juan Bautista de Anza, la Texas de Massanet y Saint Denis, el Nuevo México de Vázquez de Coronado, la Luisiana de De Soto y la California de Junípero Serra. Cada bloque concluye con un repaso rápido de lo expuesto y una actualización a modo de guía turística titulado "La huella, hoy". En estos oasis nos encontramos curiosidades como el "musgo español", "spanish moss", epifitas adheridas a toda clase de árboles, de aspecto parecido a las barbas de los conquistadores españoles. Este libro desmontará muchos tópicos sobre la leyenda negra de un encuentro de culturas que poco tuvo de genocidio. Los colonos españoles de Texas importaron de los indios del Caribe la barbacoa. Nos trajimos el cacao y tantas cosas de allí, pero nosotros aportamos un legado jurídico y la figura del vaquero. EEUU se parece tanto a Al Andalus que empezamos a entender la voracidad del terrorismo islámico.