Ensayo

Elementos perniciosos. Una historia de rebeldes chinos

Ian Buruma

25 octubre, 2007 02:00

Fotografía del héroe de Tiananmen, símbolo de la revuelta.

Traducción de M. Martínez-Lage. Península. Barcelona, 2007. 416 páginas, 22 euros

Estamos ante el mejor libro escrito sobre la disidencia china. Ian Buruma, su autor, es un gran contador de historias y esta es una historia, además de triste, trágica. "El Partido Comunista terminará, pues tarde o temprano todas las dinastías tocan a su fin", escribe Ian Buruma en Elementos Perniciosos. Una historia de rebeldes chinos, desde Pekín hasta Los ángeles, "El cómo y el cuándo no sabría precisarlos. ¿Vendrá a ser sustituida por otra semejante, en nombre de la unidad nacional y de una virtud superior? ¿Podrán por fin los chinos gobernarse dentro de una sociedad más libre y más abierta?"

El ejemplo de Taiwán demuestra que es posible. El de Singapur apunta en otra dirección igual o incluso más verosímil. En busca de una respuesta, Buruma, uno de los principales divulgadores de Oriente en Occidente, visitó entre los años 1996 y 2001 a los principales disidentes chinos en los Estados Unidos, el Reino Unido, Singapur, Taiwán, Hong Kong y la propia China continental.

¿Qué idea tienen de la libertad? ¿Cómo han logrado sobrevivir? ¿Qué piensan hoy de sus torturadores? ¿De dónde sacan la fuerza para seguir desafiando, contra toda esperanza, a los culpables de Tiananmen? ¿Qué recuerdan de la última gran rebelión (Tiananmen 1989), de sus orígenes y de sus inspiradores?

Con sus sobrecogedores testimonios, sus tragedias personales, anécdotas de cada lugar visitado y media vida de estudios y de viajes por Asia, Buruma, políglota holandés educado en Japón que dirige desde hace años la cátedra Luce del Bard College de Nueva York y escribe regularmente en el "New York Times", no da respuestas definitivas, pero desmonta eficazmente uno de los mitos más destructivos del siglo XX.

En su galería de rebeldes entrevistados están los estudiantes Wang Dan, Chai Lai, Wu’er Kaixi, Li Lu y Wang Chaohua, y los intelectuales Liu Binyan, Wang Xizhe, Wang Bingzhang, Gong Xiaokang, Yuan Zhiming, Xie Xuanjun, Xiao Qiang, Liu Ping, Yan Jiaqi, Harry Wu, Richard Li, Yang Lian y Dai Ping.

La lista incluye a muchos más, pero uno destaca sobre todos ellos: Wei Jingsheng, el electricista que el 5 de diciembre de 1978 desafiando la orden de poner fin a todas las críticas del régimen que habían brotado con la primavera de Deng sobre la llamada "muralla baja", en el centro de Beijing, hoy enterrada bajo un banco, clavó un cartel, firmado con su nombre, reclamando la "quinta modernización". A las cuatro proclamadas por Deng Xiaoping -la agrícola, la científica, la tecnológica y la militar-, Wei, lo más parecido a un Sajarov chino (recibió el Premio Sajarov en 1996), añadió la democracia, sin la cual, dijo, "las otras cuatro no son más que una mentira de nuevo cuño". Le cayeron quince años por alta traición y Deng quiso fusilarlo, pero la presión internacional le salvó.
La conclusión final de Buruma es de lo más pesimista: "Cuanto más duren este sistema y sus intentos cada vez más desesperados por ocultar la verdad de su bancarrota moral y política, mayor será el caos cuando China explote una vez más en una orgía de emotividad incontrolada" (página 401).

"El nacionalismo será", añade, "lo único que les quede para defenderse de la energía de los rebeldes y, para desviar esa energía hacia el exterior (contra los Estados Unidos, o Taiwán, por ejemplo), tendrían que explotar el mismo pozo de resentimiento y humillación que alimentó las rebeliones del pasado. Sería un gobierno muy osado -o muy desesperado- el que atizase esas pasiones".

Ian Buruma

Hijo de padre holandés y madre inglesa, Ian Buruma (La Haya, Holanda, 1951) estudió literatura china en la Universidad de Leiden y cine japonés en la Universidad Nihon de Tokio. En los años 70 actuó en Jokyo Gekijo, la compañía de teatro experimental de Kara Juro, y participó en diversos documentales y películas. En la década de los 80, Buruma comenzó a trabajar como periodista especializado en Asia. Colaborador habitual de The New York Review of Books, The New Yorker, The New York Times, Corriere della Sera, The Financial Times y The Guardian, desde 2005 vive en Nueva York. También es autor de varias novelas y un reportaje sobre el asesinato de Theo van Gogh.