Cautiva. Testimonio de un secuestro
Clara Rojas
26 junio, 2009 02:00Por lo demás, su crónica es terrible, pese a la agradecida reserva en la exhibición emocional. La soledad, la fatiga, el miedo constante a la muerte y a la salvación militar con sus infinitos riesgos, la pérdida de su hijo Enmanuel, -con el que, ya una vez liberada, se reencontrará-. Pero también funciona como un emocionante relato de fortaleza y arrojo, como ejemplifican las numerosas y arriesgadas tentativas de fuga.
El morbo no da finalmente para tanto. Clara Rojas pasa de puntillas por el momento de su embarazo y su distanciamiento de íngrid se muestra como escasamente motivado, puro producto de la desesperación y el hastío, de la humanidad compartida al desnudo en circunstancias extremas y desgraciadas.