Juan Velarde. Foto: Rafa Martín

Pertenece Juan Velarde (1927) a una generación de maestros -como Enrique Fuentes Quintana y Fabián Estapé- que concede una importancia destacada a la historia y al pensamiento económico en sus explicaciones sobre la sociedad actual, aunque las especialidades de sus integrantes sean la economía financiera, la política económica o el análisis de la economía española. La impresionante bibliografía de Juan Velarde corrobora este rasgo, con títulos como Sobre la decadencia económica de España (1961) o Economistas españoles contemporáneos (1990). Cien años de economía española recobra el impulso de Historia de un esfuerzo colectivo, obra en dos volúmenes, dirigida por el profesor Velarde en 2000, en la cual se propuso explicar, desde diferentes visiones, el proceso de transformación económica ocurrida a lo largo del siglo XX, gracias al cual España pasó de ser un país mediterráneo, atrasado y pobre a convertirse en una nación moderna, con una organización productiva e institucional similar a la de los países occidentales más avanzados.

Parafraseando el título citado primeramente, consistiría en un tratado "sobre la prosperidad económica de España". Velarde fue testigo de ese cambio social, que además, ha debido explicar a varias generaciones de compatriotas, alumnos y lectores suyos. Pasó así de ocupar una posición intelectual regeneracionista e inconforme con lo que parecía, a mediados del pasado siglo, un oscuro destino nacional a otra más analítica, propia de quien observa las similitudes y diferencias de un caso particular -el español- dentro de un conjunto general, el europeo occidental, al que pertenece. Hay que subrayar que dicha variación de perspectiva no entrañó el abandono de un talante pesimista y su sustitución por otro optimista, o incluso triunfalista; al contrario, a lo largo de toda la obra del profesor Velarde se puede constatar una actitud crítica, incluso hacia aquellas políticas y planteamientos que, en principio, pudieran resultarle afines.

Éste de ahora no se trata de una reedición ni de una síntesis del libro anterior, hoy agotado. En realidad, Juan Velarde describe los pasos cronológicos que señalan la transformación social contemporánea de España, a lo largo de un siglo dilatado, desde los últimos decenios del siglo XIX -la Restauración de Alfonso XII, con Cánovas y Sagasta- hasta el primero del XXI, cuando nos encontramos inmersos en una grave recesión económica. El autor aborda además capítulos nuevos, como el que trata de los años finales del franquismo, que él conoció de primera mano, cuando ya era uno de los economistas más respetados del país. Velarde reconoce sus temores en 1975, cuando, tras quince años de éxito económico impresionante, a una tasa de crecimiento sólo superada por Japón, España pudo haber seguido la trayectoria histórica de Argentina a mediados del siglo XX, cuando los cambios institucionales profundos quebraron una tendencia económica brillante y ascendente. En nuestro caso, las amenazas eran la confluencia de la crisis del petróleo con las consecuencias que las comprensibles reivindicaciones sociales, en pleno proceso de cambio político, tenían sobre la estabilidad económica. El peligro fue evitado, entre otras cosas, gracias al sentido de responsabilidad histórica de los políticos democráticos y los agentes sociales de aquella época, y al perfecto entendimiento logrado, entre los responsables de la política económica y a la sociedad en su conjunto, en torno al -así llamado por Velarde- Pacto de la Moncloa. En cualquier caso, la economía española perdió velocidad en su progreso, que no logró recuperar hasta muy finales del siglo XX, cuando mejoró la convergencia de la renta per capita española con el Norte de Europa.

Resulta inevitable la comparación: ¿superarán los españoles las presentes dificultades, como se supo hacer entonces? Sobre esta apasionante cuestión, sobre las raíces y componentes de la actual crisis económica, el autor construye el epílogo de su libro, con una muy rica dotación de referencias bibliográficas que no merman ni entorpecen la fácil lectura de sus páginas.