Image: El mundo bajo las párpados

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Ensayo

El mundo bajo las párpados

Jacobo Siruela

10 diciembre, 2010 01:00

Jacobo Siruela. Foto: Andy Kelele

Atalanta. Gerona, 2010. 349 páginas, 23 euros


¿Es posible aún, para el que gusta en nuestros tiempos de la literatura-literatura encontrarse con la obra nueva? ¿Es posible ver abordado un tema, aparentemente normal, con novedad? ¿Podemos encontrarnos todavía con lo que vengo llamando el "ensayo inspirado"? Sí, es posible, y de ello nos dan cuenta unas pocas editoriales que parecen fiar su tarea al buen hacer formal, pero también a la edición de obras de contenido iluminador; aunque sepan sus promotores que van a contracorriente, y que siembran cultura, aunque no recojan de inmediato los frutos justos.

¿Y qué circunstancias se han dado cuando el que nos ha ofrecido ese libro no es un escritor al uso sino un editor, precisamente el editor de una de esas editoriales que aún apuestan por los bellos ideales de belleza y verdad? Me he hecho estas reflexiones previas ya desde la lectura del prólogo que Jacobo Siruela ha puesto a su libro El mundo bajo los párpados; editado, para más riesgo bajo su propio sello editorial, Atalanta. Enseguida me he respondido positivamente a las preguntas que arriba me iba formulando. Además, porque la sorpresa al ir avanzando en la lectura nacía de que el inesperado autor ha tratado un tema que no me resultaba nada ajeno; pero, en ese avanzar en la lectura se ahondaba la novedad y el interés del libro que, no siéndolo en absoluto, se lee a su vez como un jugoso relato.

Hablamos de un tema "normal", pero a la vez, Jacobo Siruela nos dice que "la historia de los sueños nunca ha sido escrita". Por eso, el lector también "normal" se ha preguntado qué es lo que habían hecho antes autores como Freud o Jung al respecto; pero el autor de El mundo bajo los párpados frena enseguida en nuestras precipitadas suposiciones las interpretaciones manidas o historicistas del tema para avivar nuestro interés desde planteamientos nuevos, porque "el sueño no es solamente un fenómeno espontáneo y privado de la mente, forma parte de una experiencia más vasta de la historia cultural humana". Por eso, Historia e intrahistoria, mundo físico y mundo interior, realidad y leyenda, Antigüedad y presente, mitos y arquetipos comienzan a entrelazarse en el libro para explicarnos "una historia de los hombres que duermen"; pero -esta cita de Lichtenberg también es engañosa- sobre todo cuando aquí se nos sumerge, con una gran claridad expositiva y una evidente originalidad (inspirada), en los grandes temas; esos que, a su vez, conducen al lector a subtemas innumerables: "El sueño y lo sagrado", "El espacio onírico", "Sueño y muerte..."

Pareciera a la vista de estos títulos que el autor escoge más el campo filosófico que el literario para desarrollar su exposición, pero no es así. (También nos refrena esta sensación recordándonos a Shakespeare: "Hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, que el sueño de tu filosofía". En primer lugar, porque se nos cuenta muy amenamente una "historia" y porque luego el fundamento de lecturas y referencias cultas que hay detrás de ella no sólo es importantísimo sino que está fundamentado sin pedantería.

Hay pues una -¿misteriosa?- conexión con temas esenciales que distingue a este libro. Creemos estar reparando en el carácter meramente compilatorio del mismo cuando los temas trascendentes y graves van aflorando, como los de la sanación o, ya en el remate del libro, el de la muerte. Con los antiguos se nos recuerda que "el sueño es un ejercicio preparatorio para conocer lo que nos espera tras la muerte", pero antes se nos ha expuesto que es un ejercicio, muy serio, preparatorio para la propia vida.

Vamos trazando signos para la lectura del libro y al hilo de las innumerables alusiones cultas (por asumidas, no porque vayan referenciadas en la puntual bibliografía final), pero no podemos transmitirle al lector interesado en estos temas esa sensación que sólo la lectura directa transmite; ese sumergirse en lo enigmático no sólo para considerar "irrisorio", dice el autor, la aproximación "física" al tema, y así rehuirlo, sino para ver -desvelados-- los hallazgos. Hoy más que nunca necesitamos obras como ésta que nos ayuden a ver dónde está lo esencial para que los humanos encuentren los caminos más idóneos, más sabios para salir del "laberinto". Para ello, repetimos, para nuestra sorpresa, nos llegan y nos sirven libros como éste. El autor se trazó un plan y lo ha desarrollado certeramente, y con amenidad.