Image: Pinochet: los archivos secretos

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Ensayo

Pinochet: los archivos secretos

Peter Kornbluh

20 septiembre, 2013 02:00

Las tropas de Pinochet atacan la Casa de la Moneda (1973)

Traducción de David León. Crítica, 2013. 423 pp, 23'90 €.

Desde mucho antes de la historia positivista el debate entre las causas internas y externas de los procesos históricos está instalado entre los profesionales del sector. En este sentido, el golpe de estado que derrocó al gobierno democrático de Salvador Allende no es ninguna excepción. Muchos de quienes se han centrado en la aventura golpista de Augusto Pinochet y su posterior orgía de terrorismo de estado insisten en el papel clave del gobierno de Estados Unidos en los trágicos sucesos de 1973. Si bien la responsabilidad atribuida a Nixon, a su secretario de Estado Henry Kissinger y a la CIA varía en intensidad, su protagonismo fue indudable. Valiéndose de archivos oficiales norteamericanos, que gracias al esfuerzo de congresistas, políticos, ONG y otras organizaciones han ido abriéndose al público, Peter Kornbluh reconstruye la forma en que Nixon y sus hombres se implicaron en el proceso que culminó el 11 de septiembre, y también en las sistemáticas violaciones posteriores de los derechos humanos.

En este punto es necesario aclarar que de haber sido por los Estados Unidos, Allende nunca hubiera sido presidente. Este extremo queda claramente demostrado en Pinochet. Los archivos secretos, aunque Kornbluh no extrae las necesarias conclusiones. En plena Guerra Fría, la posibilidad de que la izquierda, tanto en Europa occidental como en América Latina, se hiciera con el poder en algún país occidental era temida por Washington. De ahí que la premisa anterior, los Estados Unidos no querían de ningún modo a Allende presidente, tuviera en Chile pleno sentido. Sin embargo, si Allende finalmente resultó electo presidente fue debido a que, por encima de las presiones y de los múltiple errores estadounidenses, el pueblo (tanto los que lo votaron como los que no), los políticos y los militares chilenos permitieron que tras las elecciones de 1970 el gobierno de la Unidad Popular fuera un hecho.

Pero esta es la parte que menos le interesa a Kornbluh, que se centra en las constantes conspiraciones de la CIA, de la diplomacia norteamericana y de otras agencias de su país para evitar lo inevitable, primero, y para acabar con Allende, después. Este objetivo finalmente se logró, pero, nuevamente, más por el consenso social que los golpistas y la derecha más extrema lograron articular detrás de sus posiciones, que por la sola determinación de Washington. Tras el golpe la noche del horror se desplegó sobre Chile y nuevamente aquí la colaboración de Estados Unidos resultó importante. La Operación Cóndor, la confluencia de los aparatos represivos de buena parte de las dictaduras militares latinoamericanas, es un claro ejemplo de esto. Y al igual que en el período anterior el margen de autonomía de los militares chilenos y latinoamericanos era enorme, como prueba el hecho de que los servicios secretos de Pinochet se atrevieran a atentar en el corazón de Washington, con lo que esto implicaba desde la perspectiva de la Administración.

En esta reedición de su obra, la primera edición data de 2002, Kornbluh, lleva su trabajo hasta la muerte del dictador, el 10 de diciembre de 2006, y los coletazos posteriores. De este modo, la detención de Pinochet en Londres, la solicitud de extradición de Baltasar Garzón y la larga batalla judicial por enjuiciarlo en España o en Chile son algunos de los ejes argumentales de la última parte del libro. Con un eficaz manejo de las múltiples fuentes a las que tuvo acceso, Kornbluh disecciona hasta el más mínimo detalle la participación de Estados Unidos antes, durante y después del golpe de Pinochet. Sin embargo, su obsesión por cumplir con su objetivo lo lleva a sobrevalorar la capacidad de Washington de influir sobre la política chilena y sus actores, olvidándose del protagonismo de los chilenos. Ellos fueron los principales responsables de lo ocurrido y son ellos quienes deberán responder ante la historia, y su propia sociedad, por la magnitud de la tragedia perpetrada.

SALVADOR ALLENDE Mario Amorós ha realizado un monumental esfuerzo por reconstruir la biografía de Salvador Allende (Ed. B, 668 pp.). Así, recorre su vida política desde su adolescencia hasta su trágico final, el 11 de septiembre de 1973. Obviamente, los años de la llegada al poder y del gobierno de la Unidad Popular ocupan un lugar central. La "vía chilena al socialismo" fue producto de las profundas convicciones democráticas de Allende durante toda su vida. Imponerlas, en un país como Chile no fue tarea sencilla, al encontrar profundos obstáculos a diestra y siniestra. En la derecha, en plena Guerra Fría, no sólo había fuertes presiones externas, principalmente de Estados Unidos, sino también importantes grupos de intereses económicos y políticos que veían con espanto el experimento allendista. En la izquierda había muchos impacientes que creían llegado el tiempo de la revolución, ya que la victoria electoral, aunque por estrecho margen, abría las puertas a la gran transformación. El suicidio de Allende es el comienzo de una nueva historia, que coincide con el inicio de un mito. C.M.