Del mismo estilo que otros libros de esta autora (Amor de hombre y Línea caliente) y con una fórmula ya experimentada en los guiones cinematográficos en los que colaboró (baste citar los de más éxito: El amor perjudica seriamente la salud, Entre las piernas o Todos los hombres sois iguales) es esta entretenida y divertida comedia de género. Siempre me enamoro del hombre equivocado es un relato de situaciones que restan gravedad a tantos comunes lances derivados de la épica amatoria y que, sin ser original ni demasiado imaginativo, funciona porque logra responder a esas expectativas. A su favor juega el oficio de la autora, capaz de recrear escenas sobre el recurso de unos diálogos que dinamizan la acción de un argumento en gran parte retrospectivo.

Cuenta éste las peripecias amorosas de Coral López, una mujer que a punto de cumplir treinta y dos años, y en vísperas de su boda, se deja llevar por los efluvios de una de esas "noches etílicas" entre amigos e, instada por el ambiente de risas y confidencias, cuenta su triple historia de encuentros y desencuentros con los hombres que han llenado los últimos cinco años y medio de su vida. Animada, además, por las reacciones provocadas ante su versión de los hechos, modificada desde una memoria que intenta apagar el daño del abandono del que fue víctima, causa real de cada ruptura -como nos advierte una especie de voz en off que interviene tras cada historia para rectificar sus errores de percepción-, se ve enredada en una venganza estratégica a la que los tres acuden como invitados de una singular "despedida de soltera". Lo que en ella sucede conduce a una solución poco lograda, pero el resto, animado por divertidas situaciones encadenadas, se lee como un fresco y sencillo relato que sazona con ironía y humor esa clase de "equívocos" anunciados en su título.