Lifting
José Luis Muñoz
1 noviembre, 2000 01:00Y aquí lo pone al servicio de un relato que, en manos de un narrador, protagonista y testigo de la peripecia vital que expone, contiene una disparatada radiografía de esta realidad degradada por servidumbres absurdas e insatisfacciones sin límite; un patético cuadro de lo que una determinada clase urbana exhibe sin pudor. Desmesura y teatralidad que no ocultan su intención de conducir la representación de tan triviales afanes hasta el absurdo, porque la denuncia apunta a males más profundos. Como el miedo al fracaso social, a asumir el paso de los años, a no poder competir con las mismas armas que hoy exige el éxito profesional y personal.
ésta es, pues, una historia de desesperanzas, descontentos y desencuentros. Su acción lineal la mueve ese contexto urbano escogido para la farsa: la familia del protagonista. él, un cuarentón que galopa hasta los 50, y trabaja día y noche para corresponder al asedio en que se ha convertido su vida desde que vive en una urbanización de adosados de lujo. Ella, una decoradora de interiores obsesionada por responder con la cirugía plástica a todas sus insatisfacciones. Detrás tres hijos ya "creciditos". Al lado, unos vecinos ingleses que añaden a la trama la justa intriga para que la representación conduzca hacia alguna parte. Y al fondo el ruido del mundo en el que se mueven: atinada reflexión, sobre las transformaciones sociales, la vida y sus únicos asideros legítimos.