Un día una enorme zanja que crece en los Pirineos separa la Península Ibérica del resto del continente. A partir de ahí, como una enorme embarcación a la deriva, España y Portugal comienzan un descenso hacia el Sur, sin rumbo fijo y sin que nadie logre explicarse el fenómeno. De este planteamiento arranca esta obra, una de las mejores novelas de su autor, para centrarse en las consecuencias que el acontecimiento acarrea en las vidas de cuatro personajes entrañables y bien delineados psicológicamente. Su decisión de abandonarlo todo para recorrer la geografía de la nueva isla y las relaciones que van surgiendo está contado por un magnífico narrador omnisciente que sintetiza toda la sabiduría de su autor. Un buen motivo para profesar el saramaguismo