Cuentos para dormir mejor
MIGUEL GILA
19 septiembre, 2001 02:00De ahí ese título, Cuentos para dormir mejor; de ahí que sean 26 apólogos, lecciones frescas y sobre todo coherentes con la propuesta que encierran; de ahí que no sea una tesis sino un empeño ético el que los motiva; que ofrezcan historias protagonizadas por personajes puestos en situaciones imposibles, fabulosas algunas, insólitas otras, pero todas rendidas a un código de valores que justifica que lo inconcebible no esté reñido con lo posible. Por eso cabe todo.
Cabe un hombre que descumple años, otro que se muere en varias ocasiones, otro que camina exhausto por un desierto y encuentra una silla en la que no puede sentarse porque un sujeto le asegura que está ocupada; cabe un anciano que no aparenta sus años y su mujer se empeña en que visite a un médico para que le ponga en su edad, alguien que entra en su casa y se encuentra robando a un amigo de la infancia a quien, por amistad, le permitirá rematar su faena. Cabe el despropósito desplegado con ironía y estilo, como cabía en los chistes de La Codorniz y en sus monólogos telefónicos. Porque fueron cualidades bien forjadas en el linaje de este guerrillero del absurdo recientemente fallecido.