Image: Expediente Artieda

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Novela

Expediente Artieda

Luis Rei Nuñez

2 enero, 2002 01:00

Luis Rei Nuñez. Foto: Xoan Piñón

Alianza, 2001. 274 páginas, 2.500 pesetas

El gusto por una novela histórica más o menos inventiva y exótica, ha desplazado de nuestros narradores el interés por múltiples facetas de un pasado no lejano que todavía encierra una buena cantera de asuntos pendientes. En los tiempos de la dictadura, no se pudo novelar la disidencia con libertad porque lo impedía la censura. Y en la etapa democrática no ha sido cuestión atendida como se debe. Así que, en primer lugar, debe darse la bienvenida a Expediente Artieda, del gallego Luis Rei Núñez, por su deseo de afrontar una parcela poco cultivada de nuestra historia. Si, además, el autor muestra una neta voluntad creativa, hay que celebrar esta obra que cuenta un episodio concreto -imaginario, pero de raíz documental- de la resistencia antifranquista.

El Artieda del título es un militante comunista comisionado a La Coruña para hacer justicia a un soplón causante de la caída y muerte de unos camaradas. La estancia en la ciudad le sugiere la posibilidad de atentar contra Franco, aprovechando el veraneo del dictador en su pazo de Meirás. Artieda, héroe silencioso y prudente, será una víctima más de la opresión, pero antes su visita permite recrear con brochazos certeros la existencia desalentada de unos pocos detractores del régimen. También facilita la reconstrucción de un estado colectivo y el rescate de algún significativo dato sociohistórico.

Esta visión globalizadora de un lugar y un tiempo (la capital coruñesa en 1959) amalgama la actividad política y la situación social. En ésta se contrapesan vencedores y vencidos, aquéllos todavía implacables y éstos aún sojuzgados. Este diseño proporciona a la peripecia de Artieda un alcance colectivo.

El protagonismo múltiple, que llega a postergar a Artieda a un segundo plano, se sustenta en una contraposición de caracteres y comportamientos que merece algunos reparos. Tiende Rei a un maniqueísmo que requeriría un enfoque burlesco para resultar eficaz. Por eso se le va la mano en la crueldad y estupidez del policía sanguinario o del furibundo gobernador falangista. Mayor autenticidad se nota en los representantes de los vencidos, que gozan de las simpatías de Rei.

Constituye, pues, Expediente Artieda un intenso ejercicio de buceo en las circunstancias individuales que rodean a la resistencia política. No ignora lo positivo, como la abnegación, ni lo negativo, así la tozudez, y da su debido espacio a otros condicionantes, tal el amor. Pero lo que convierte esta historia en materia literaria singular no es su argumento, esperable, sino su tratamiento formal.


Utiliza Rei un procedimiento perspectivista que mezcla distintas voces narrativas. Una cierta predilección por la primera persona acentúa un acertado tono de subjetividad. Además, cuida la prosa con esmero. En suma, el trabajo cuidadoso del autor en la lengua y la construcción da relieve creativo a un motivo de importancia histórica.