Alfonso Ussía. Foto: Sergio Barrenechea

Veterano columnista de prensa (ahora en La Razón), veterano humorista, colaborador radiofónico, Alfonso Ussía es uno de los pocos mentores de la causa conservadora que cuentan con la simpatía y la admiración de muchas gentes de izquierdas. ¿Por qué? Porque piense lo que piense, vote a quien vote, la verdad es que tiene mucha gracia, sobre todo en versión audio. Su voz resulta tan divertida que al leer sus libros sobre la legendaria familia de los Sotoancho nos esforzamos por ponerle el timbre cómico del autor a las palabras de Don Cristián. Ussía, como un Wodehouse español, dio hace años con la fórmula personal que combina las insidias de un Falcon Crest con la idiosincrasia clasista nacional al estilo Berlanga, más un giro hacia el absurdo del magistral Tip.

Tras cinco títulos dedicados a la familia aristócrata residente en La Jaralera, Ussía ha consagrado a "mamá", (doña Cristina Victoria Jimena Belvís de los Gazules Hendings, Boisseson y Hendings, viuda de Sotoancho) como uno de los personajes literarios más entrañables de la cultura popular actual. Si en un título anterior Ussía aprovechó la actualidad de los talibanes para inventar una trama terrorista en La Jaralera, ahora ha sabido contribuir a los fastos de la boda real con la desternillante peripecia de la nonageraria viuda de Sotoancho luchando por asistir al evento. Ussía sabe sacar punta a esa trasnochada mentalidad aristócrata, a esa relación maternofilial despiadada que describe el marqués con crudeza.

El pobre Sotoancho es ya un sesentón, viudo y con cinco hijos a los que no quiere ni ver, cuando descubre que el día de su bautizó cayó al suelo y se quedó tontito. Ese buen humor de un personaje que se ríe de sí mismo y que cifra su felicidad en atormentar a su madre, más dura de pelar que Rambo, es lo que explica el éxito de la saga.