Domingo de Tentación
Carles Casajuana
2 septiembre, 2004 02:00Arranca la primera con un narrador que relata los pormenores de una excursión a una de las cimas de los Andes. Alterna esta peripecia con el relato de lo que está sucediendo en la capital, La Paz, en casa de un diplomático que presta asilo al único superviviente de "una matanza de diez miembros de la dirección del MIR". Y cuenta la tercera las dificultades a las que se enfrentan dos españoles que asumen la dirección de un hotel a orillas del lago Titicaca, y cómo se acaban rindiendo a los beneficios de un inesperado negocio. Nada une, en principio, a las tres: sólo el estar cercadas por referencias a los constantes toques de queda, a la "cancela simbólica" que representan los Andes. Como la coincidencia en el tiempo de situaciones que parecen no tener salida, ese "domingo de tentación", último día del carnaval andino, el único en el que "no pueden buscarse caminos nuevos". De ahí que asistamos a lo que leemos como se asiste a un inquietante documental que nos recuerda la ausencia -y la fragilidad- de libertades elementales en países situados a la espalda del mundo, contado con la poética de ese género y dando a la vez respuesta a las más altas exigencias de todo gran propósito novelesco.