Image: California

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Novela

California

Eduardo Mendicutti

17 febrero, 2005 01:00

Eduardo Mendicutti. Foto: Julio Carlos

Tusquets. Barcelona, 2005. 303 pags, 17 euros

Recordemos al álvaro de Retana de los años 20. Hoy no sólo descubrimos esta temática, sino que alguna escuela crítica especifica entiende que la sensibilidad gay supone el descubrimiento de otra forma de entender la realidad. Personalmente, creo que la creación debe valorarse al margen de la naturaleza o contenido de una obra y de la tendencia sexual de sus autores. Mendicutti, cuyo talento literario es indiscutible, ha publicado California, una novela de tema gay, con personajes gays y caricaturas de algunas escasas figuras femeninas, con sentido del humor, aunque la novela destaque por su capacidad de elaboración verbal.

Dividida en dos partes, la primera situada en julio de 1974, nos ofrece una visión sectorial del mundo del espectáculo y del star system ya en decadencia desde la perspectiva de Charly, un joven madrileño de 25 años, homosexual, desinhibido, promiscuo y feliz de hallarse en California, mientras que su amigo Luisito Soler era detenido por homosexual y antifranquista. La segunda parte se sitúa en la actualidad. Charly es ya Carlos, vive en un piso lujoso de Madrid, trabaja para una empresa estadounidense y vive con álex, un broker también español. Por el contrario, 30 años más tarde la trayectoria del personaje ha tomado conciencia, ha conectado con un grupo de lesbianas y gays de barrio y se juega su puesto en la empresa por razones ética. La acción se sitúa tras el reciente triunfo del psoe y su propuesta de legislar sobre el matrimonio de los homosexuales. En este sentido, la novela se ha convertido en obra de tesis, en las antípodas de lo que se nos había ofrecido en la primera parte. Las cosas, en la segunda parte, han variado sensiblemente. Luisito Soler se ha convertido en un cargo del pp, Carlos ha viajado por los países más exóticos del mundo con álex. Pero el eje moral de la segunda parte será el descubrimiento de las dificultades económico-laborales de la pareja Enrique y Celso, el primero ex militante comunista que se vio obligado a delatar a sus compañeros tras las torturas policiacas a su mujer. Ambos coinciden en la cárcel y ahí surgirá esta pareja de desigual edad.

El relato, que intenta ofrecernos un triple ejemplo moral, resulta no sólo ingenioso sino divertido en la primera parte, más creativa, más lúdica que la segunda. Pero el mecanismo esencial del proyecto narrativo consiste en el uso de la jerga, de un lenguaje pleno de términos estadounidenses. Oportuna para los estudiosos de la lengua, harto indecorosa, aunque plena de tópicos, agresiva desde el comienzo, recomendable para un público gay y para quien desee desprenderse de prejuicios, California no es la mejor novela de Mendicutti, aunque en sus escenas tórridas no pueda manifestarse más explícita; es decir: XXX.

4 cuestiones a Eduardo Mendicutti
-Dice que California es un estado de ánimo.
-Es una mezcla de entusiasmo y sentido práctico, con una estimulante pizca de insensatez. Osadía, buen humor, sensación de libertad y el convencimiento de que nada, ni el compromiso más profundo, tiene que estar reñido con lo divertido.
-¿Es posible quedarse siempre en California?
-Sí. Pero no en una dominada por Disneylandia. Una vez que aceptas que en California también se va la luz y también llueve, puede ser tu casa para siempre.
-¿Hay provincias de California?
-Desde luego. En cualquier lugar, en cualquier momento, en las circunstancias más felices o más amargas, dentro y fuera de cada uno de nosotros, se pueden encontrar la energía y la audacia de California.
-¿Qué queda después de California?
-California no tiene por qué ser efímera o irrecuperable. Mientras haya vida, hay California.