Cercanías
Toni Sala
24 febrero, 2005 01:00Cercanías es el título, una metáfora que sirve de arranque a la acción y que enriquece enormemente su sentido. En primer plano está un hombre -40 años, propietario de un bar que está a dos calles de la estación- subiendo a un tren, "sin las llaves y sin el móvil". El relato no persigue contar su historia, sino su huida, la de muchos como él, necesitados de sacudirse el pasado de encima, de viajar más allá de su rutina. Ellos están en segundo plano. Detrás la ciudad, sin identidad, sin nombres ni rostros que la personalicen. Lo que busca, lo que buscan, no figura en los mapas. El tren ayuda a distanciarse y le arranca a la acción una intriga que crece, como crece la tensión que logran comunicar los pasos perdidos de ese protagonista. Así comienza: él subido al "cercanías", sin billete, sin ideas claras, sintiéndose extraño y a la vez decidido a poner a prueba su audacia más allá de su mujer, del bar. Quien lo cuenta es una voz distante, contundente, que describe las diferentes paradas, los escasos encuentros; no añade nada a lo que muestra una acción suficientemente expresiva. Su firmeza seduce, y su relato fascina. Quizá porque habla de lugares comunes, o porque nos cautiva la extrañeza que ambienta este extraño viaje.