El espejo de Salomón
León Arsenal
6 abril, 2006 02:00Cuando León Arsenal ganó con Máscaras de matar (2004) el premio Minotauro ya era un nombre en la narrativa histórica y en el territorio de la ciencia-ficción.
Acertó entonces, con aquella arriesgada apuesta: una imaginativa trama que no ocultaba su deseo de ser trascendida por una parábola sobre esencias y apariencias. Ahora su propuesta tiene algo de fantástica y mucho de histórica, alejada de clasificaciones sustantivas y volcada en reforzar su potencial creativo mostrándose como un orfebre de tramas como la de El espejo de Salomón, prueba de un fabulador capaz de superarse a sí mismo con un argumento contundente que de nuevo despierta admiración y asombro.Aunque no es una novela histórica, el rigor y el esmero con el que rastrea la documentación sobre la que asienta su aventura (la época de los reyes visigodos) refuerzan este rasgo como seña de identidad de su autor. Sus páginas van tejiendo los pormenores de una gran composición de corte tradicional, con un narrador omnisciente que relata los pormenores de un misterio ubicado en el Madrid actual. Alejandra Espinosa es la protagonista, una joven que estudió Historia pero que trabaja en campos alejados de sus intereses. Cuando la casualidad pone en su camino la posibilidad de rastrear la autenticidad de un libro del XIX, escrito en el antiguo alfabeto de los visigodos, decide volcarse y recuperar el antiguo objetivo de una tesis sobre falsificaciones. Junto a ella crecerá un bien trazado fresco de tipos humanos -aunque un forzado bosquejo de retrato sociológico sobre el mundo urbano actual- y un cortejo de secundarios que asumen su responsabilidad en las secuencias argumentales que convierten el relato en una composición admirable.
Fascinará a los aficionados al misterio, pues la tensión que genera el rastreo de la "extraña maldición" que rodea el libro está perfectamente conducida, aunque exige paciencia adentrarse en la intriga que va forjando la aventura. También despertará el interés de los apasionados por la Historia Antigua, porque intercala con destreza una crónica sobre "sociedades secretas" de la época de las guerras carlistas y una leyenda sobre la "Mesa del Rey Salomón"; ambas sirven de sustento al argumento: la búsqueda de un misterioso tesoro arrebatado a los visigodos.