Image: Laura y Julio

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Novela

Laura y Julio

Juan José Millás

19 octubre, 2006 02:00

Juan José Millás. Foto: Ricardo Cases

Seix Barral. Barcelona, 2006. 192 páginas, 17’50 euros

Dueño ya de los resortes de este laboratorio narrativo cuyas posibilidades maneja con habilidad, Millás entrega en Laura y Julio una muestra más de su capacidad para la invención de situaciones insólitas, extrañas, entrevistas en los pliegues más recónditos de la vida cotidiana. En este caso se trata de las peculiares relaciones establecidas entre los personajes de un triángulo amoroso formado por los esposos Julio y Laura y su vecino Manuel. El conflicto empieza por una sorpresa: Manuel ha sido atropellado por un coche y está ingresado en el hospital. Tan repentina alteración de sus vidas lleva a Julio a buscar al padre de Manuel y hacerse con las llaves del piso paredaño con el suyo. A partir de aquí la imaginación del narrador se dispara en la invención de numerosas posibilidades que alteran profundamente la existencia de los esposos, él decorador de cine, ella fisioterapeuta en un balneario, donde conoció a Manuel como cliente que acabará por ser su amante.

Como en otras novelas del autor, se juega en ésta con la confronta-ción de lo verdadero y lo falso, intercalando relatos breves en la evolución de la historia narrada. Julio se hace con el piso de Manuel y vive con sus ropas y demás objetos personales. Por eso Laura sigue oliendo el perfume de Manuel. Laura le dijo que su embarazo ha sido una falsa alarma, pero después se confirma su verdad. Por el correo electrónico de Manuel, Julio descubre que aquel hijo es de su vecino. Por eso Laura echó de casa a Julio y este se instaló en el piso de Manuel, donde se siente un extraño entre los ruidos de la vida procedentes del piso donde vive su mujer. En una cena con su padre, Julio conoce a la hija de su madrastra, que, a su vez, tiene una niña de seis años llamada Julia. Estas nuevas relaciones aumentan el despliegue de cuentos intercalados en la novela, si bien el recurso venía empleándose casi desde el principio. Pues ya en los capítulos 5 y 8 se incluye el cuento -con sus potencialidades cinematográficas- de la cajera de supermercado y la anciana que le deja su herencia. En el 9 se desarrolla un relato "in fieri" sobre un país en que la mitad de la gente nacía sin sombra, por lo que se decidió dividir las sombras por la mitad y repartirlas, hasta que dos solteros unen sus respectivas medias sombras. El juego entre lo verdadero y lo falso, con su parodia de las relaciones humanas, reaparece en el capítulo 15 renovado en un relato de fondo más dramático sobre lo sucedido en una tintorería de sombras. Hay más cuentos esbozados o resumidos, ya en forma de sueños, fantasías sexuales o extravíos en el paso de los días de la semana. En conjunto, representan otras tantas variaciones del artificio en que se sustenta la trama central de la novela, el juego creativo entre la ficción y la realidad, con su proyección humorística sobre las relaciones personales en la vida cotidiana.

Laura y Julio es una novela que se lee bien. No alcanza los valores literarios de otras novelas del autor porque a veces no supera la impre-sión de lo artificioso, banal o gratuito, pero sí conserva algunas de las mejores cualidades de aquellas, como la capacidad imaginativa para explotar la impostura en la presencia de la ficción en la realidad, la continua invención de cuentos que nutren y esclarecen el sentido de la novela y la economía de medios con que el autor explota las potencialidades novelescas de dichos materiales, incluida su dimensión humorística.