Novela

El reflejo de las palabras

Kader Abdolah

1 febrero, 2007 01:00

Traduc. de Diego Puls. Salamandra. Barcelona, 2006. 347 páginas, 12’50 euros

Una novela maravillosa. No encuentro mejores vocablos para definir El reflejo de las palabras, la quinta obra del iraní Kader Abdolah (1954). Autor reconocido en los Países Bajos, en donde vive, Abdolah tuvo que huir de su país en 1988, tras participar en la resistencia estudiantil contra el Sha y Jomeini. Experiencias que aparecen reflejadas en la novela a través de la vida de Aga Akbar, reparador de alfombras sordomudo. El personaje plasma en un diario las frases e historias que crea su cerebro, con una bella caligrafía de signos y dibujos, parecidos a la escritura cuneiforme que existe en una cueva en el monte del Azafrán, en la antigua Persia, donde transcurre parte de la historia.

La novela nace cuando Ismail, el hijo de Akbar, escritor exiliado en Holanda por su activismo comunista, recibe el cuaderno de su padre fallecido. A partir de ese momento, Ismail se dedicará al desciframiento de ese cuaderno que promete desvelar el secreto del pensamiento de su padre y resulta, a la vez, un documento fundamental para entender el Irán del siglo XX. Asistimos al levantamiento del pueblo contra el Sha, a la llegada de Jomeini, a la guerra contra Iraq, y a la invasión de Kuwait por Sadam. Las experiencias de la familia de Akbar, los pensamientos de sus personajes, las citas literarias se entremezclan en esta preciosa novela. La novela es un homenaje al amor de un hijo por su padre. Y el desciframiento del cuaderno se convierte en la prueba irrefutable de la existencia del narrador.

El reflejo de las palabras es una novela de gran belleza, plagada de enigmas. Aga Akbar, sordomudo, no es más ignorante que cualquiera de nosotros. Al contrario. Gracias a su sensibilidad, "la noche lo unía con lo inexplicable, con Alá y con el amor" (p. 142), es decir, con los tres misterios que verdaderamente conciernen al ser humano.