Poesía

Vivir al día

Jaime García-Maíquez

31 mayo, 2000 02:00

Premio Luis Cernuda. Ayuntamiento de Sevilla, 2000. 77 páginas

Termina Vivir al día, el primer libro de Jaime García-Máiquez, con una "Carta al lector" que nos habla del contrato "secreto y misterioso" que cada poeta firma con sus lectores. Lo que García-Máiquez le ofrece a los suyos es "un poco de pericia y un poco de emoción". Quienes busquen en la poesía tranquilas emociones humanas y pericia verbal no se sentirán defraudados con Vivir al día. "Rizar el rizo" se titula una de las secciones del libro, y su autor riza el rizo de cierta retórica consabida y acierta a salir airoso en bastantes casos. ¿Qué se puede decir sobre "La noche", "La luna", "Las nubes", "La lluvia" -así se titulan los poemas- que no haya sido dicho? Nada nuevo, y a veces el poema resulta grato y prescindible, un ejercicio: "Es otra vez la luna, la de siempre,/ la de todos los días, la actual;/ la luna de los siglos venideros". García-Máiquez no duda en escribir que la música es "el dulce idioma de los ángeles", lo que servirá sin duda para que determinados lectores se nieguen a firmar con él pacto alguno. ¡Cuántos aciertos, sin embargo, en este libro en el que nada disuena, de versos bien peinados! El poema "La estación", por ejemplo, con su enumeración caótica y ese espejo que refleja el mundo al reflejarnos a nosotros mismos, o "Pavor de la belleza", donde Dios aparece como creador de "métodos tan sutiles de tortura", o el soneto "Llueve", que parte de un poema de Borges pero que no se queda en Borges. Vivir al día es el primer libro de un poeta que no abandona nunca las buenas formas, que no se deja arrastrar en exceso por la emoción, y ese es su mayor mérito a la vez que su mayor demérito.