Image: Poemas eróticos

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Poesía

Poemas eróticos

Bertolt Brecht

1 noviembre, 2000 01:00

Bertolt Brecht, por Gusi Bejer

Selección y traducción de Miguel ángel Vega y Rafael Martín-Gaitero. Visor. Madrid, 2000. 119 páginas, 1.500 pesetas

Estamos ante un Brecht divertido, lúbrico, lascivo, rijoso, que no puede olvidar la crítica social ni en otros momentos, menos eróticos, la solidaridad con los humildes

Lo primero que le falta a este libro (una antología) es un prólogo. Una introducción en la que los seleccionadores y traductores nos dijesen, al menos, de qué épocas de la larga producción lírica de Brecht han sacado los poemas. Este libro contiene 48 -en edición bilingöe- y sabemos que en la obra completa de Bertolt Brecht (1898-1956) hay 2300 poemas... Por otra parte, en una lírica tan singular, rítmicamente, como es la brechtiana, también hubiésemos debido saber en ese prólogo qué criterios (respecto al español) han preferido los traductores y con qué tipo de dificultades -muchas, se diría- se han encontrado. De lo que podría haber sido tal inexistente prólogo nos queda, quizás, el texto de contraportada (probablemente obra de los traductores) donde se nos dice, no sólo que Brecht era algo -bastante- más quen dramaturgo, sino que su poesía es "prosaica", pero "capaz de alcanzar la incandescencia"; contraria al simbolismo y al surrealismo, con léxico "innoble", si es preciso; y que (esto es muy importante) "explora todas las posibilidades rítmicas que se elejen de la melodía". Bueno. Algo es algo.
Deberíamos saber también que Brecht publicó su primer libro de poemas en 1918 (Canciones para guitarra de Bert Brecht y sus amigos) y que en esa poesía definida -siguiendo a Goethe- como "de ocasión", Brecht se dirige a esos amigos y da voz a situaciones y personajes vistos o contados, y aún que desde esa época -y a lo largo de los años 20- muchos de sus poemas/canciones se cantaban en los cabarés de la República de Weimar, que hizo famoso, en Berlín al comprometido cantante cabaretero. El propio Brecht cantó alguno de sus poemas.

Sin embargo, sus textos de segunda postguerra -Brecht estaba, no sin crítica, en la Alemania Oriental- se hacen secos en busca de la efectividad tremenda de un golpe directo. Son los poemas de Pensamientos sobre la duración del exilio o sus prácticamente póstumas Elegías de Buckow. En español teníamos hasta ahora -y no pretendo ser exhaustivo- dos antologías de la lírica brechtiana (ambas hechas por seleccionadores alemanes) y que publicó Hiperión con motivo del centenario del nacimiento de Brecht: Más de cien poemas y Poemas de amor, las dos traducidas por Vicente Forés, Jesús Munárriz y Jenaro Talens. Como hasta cierto punto resulta lógico, unos cuantos textos de aquellos Poemas de amor coinciden con estos Poemas eróticos. Por ejemplo, "Jamás, ma soeur, te he amado tanto", un estupendo poema del fin del amor, que en nuestra antología se titula "Nuna te he amado tanto, ma soeur". Con esa expresión francesa, "hermana mía..." pero es cierto que los poemas de amor son más moderados (se traduce por "trasero" lo que ahora se dirá "culo") y que los eróticos -aunque la frontera no sea exacta- son más urgidos de sexo, más calentones, puteros y cachondos, en voces de hombres y también, más de una vez, de mujeres. Poemas contra la castidad, a favor del disfrute de la vida, elogiando la coyunda y frecuentemente en tono de broma, de sal gruesa, como nos lo imaginamos en un buen espectáculo de cabaré: "Mejor es antes joder y bañarse después". [...] "Y sudas hasta los huesos el polvo. (De un buen poema titulado "Sauna y fornicio").

Estamos ante un Bertolt Brecht divertido, lúbrico, lascivo, rijoso, que no puede olvidar la crítica social ("Balada del guardabosque y la condesa") ni en otros momentos, menos eróticos, la solidaridad con los humildes: "De la dicha de dar". Sabemos que hay otro Brecht diferente, más duro y heridor, pero éste cumple la misión del poeta festivo en la Antigöedad: Un Marcial, acaso, que pudiera cantarse. Sin embargo en esta traducción Brecht suena, con frecuencia, ripioso. Sabemos que rompe el ritmo, que escribe canciones y que también usa rimas fáciles, pero aun sin saber alemán, uno comprende que no es lo mismo rima fácil que rima facilona (aunque los traductores acuden al asonante con frecuencia), de la misma forma que "alejarse de la melodía" (novedad que presupone huir de la tradición) no es igual que el ripio a secas. Por ejemplo: "Dice el médico que si no en el ovario lo tendré/ y cada día más amarilla me pondré". Y otro: "Pues dice: sólo un hombre necesito./ Y ese hombre yo soy. ¡Qué bonito!". Aunque se pueden buscar excepciones, pues ciertamente las hay. Otras veces parece que la rima (incluso asonante) trabuca de modo innecesario la sintaxis: "Esto induce a la niña a pecar/ que ya lo hace en el zaguán". Hay -ya digo- excesivas concesiones a lo demasiado fácil, que el pareado acusa más: "Y justo cuando a tí me había acostumbrado/ siempre estabas en el mercado". Con todo, queda claro que Brecht no es fácil -precisamente cuando jugaba a fácil- y es verdad que hay poemas redondos en la traducción y algunos versos de hermoso resultado: "El cielo, brillante como las grandes mentiras". Entendemos que Bertolt Brecht en estos Poemas eróticos (y hay genuinos poemas eróticos) es directo, juguetón y ligero. Pero ¿tanta es su facilidad, tanto su soniquete (no rima) como esta traducción muestra? Quien sepa alemán, lo verá en la página de al lado. La traducción parece -en los significados- correcta y hasta cuidado el conjunto, pero en general el sonido del poema resulta ripioso y algo pobre... ¿Era así Brecht, tenido por muchos como uno de los grandes poetas de este siglo? Puedo decir que -en general- las traducciones de Forés, Munárriz y Talens suenan mejor que las de Vega y Martín-Gaitero, pero los primeros -más pudorosos, acaso- no se atrevieron con el más directo erotismo, crítico y cachondo. Y estos le han metido mano directamente, aunque parezca que han añadido al bueno de Bert Brecht demasiados cascabelitos de escasa plata...