Image: Poesía histórica y (Auto)biografía (1975-1999)

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Poesía

Poesía histórica y (Auto)biografía (1975-1999)

J. Romero Castillo y F. Gutiérrez Carbajo (Eds.)

1 noviembre, 2000 01:00

Visor. Madrid, 2000. 590 páginas

Núñez Ramos ejemplifica con textos de Quiñones cómo "en un evento o personaje histórico puede expresarse una manera de sentir el mundo"

La guerra literaria no sólo libra sus batallas en las efímeras páginas de los periódicos o en la nocturnidad y alevosía de los programas televisivos sobre libros; también la crítica académica, presuntamente más objetiva, científica y distanciada, entra al trapo de las querellas de escuela y no lo hace con menos pasión ni con menos proclividad al disparate (aunque, sí, por lo general, con peor prosa).

Poesía histórica y (auto)biografía (1975-1999) es el nutrido tomo de actas del "IX Seminario Internacional del Instituto de Semiótica literaria, teatral y nuevas tecnologías de la UNED". Aunque sus páginas no se ocupan sólo de la poesía española del último cuarto de siglo, se trata de un tema que resulta claramente predominante.
Alternan las colaboraciones de notable rigor, con otras que ilustran el indigesto cóctel que suelen formar vagas generalidades -que algunos confunden con la teoría- e intencionados prejuicios. Me limitaré a citar un ejemplo, quizá el más notable, pero desde luego no el único, del volumen. Virgilio Tortosa arremete (¿y quién no?) contra "la mal llamada poesía de la experiencia" con los siguientes argumentos: "Los signos que escribe esta promoción poética [...], implantada a fuerza de publicitarse e instalarse en los mecanismos de preservación de derechos en la bibliografía literaria actual, no deja de ser, en cuantos aspectos se analice, reafirmadores de una conciencia de clase burguesa, pues nunca aparecerá el sujeto protagonista transformando el mundo o en conflicto permanente con él [...]: tan real es la del verano en playas y campos de golf como la de los drogadictos en los arrabales de los grandes cinturones urbanos, sólo que la una lo es de una clase social privilegiada y la otra de una desclasada..."

Ya sé que parece una caricatura, pero no: semejante acusación, que ruborizaría incluso a un marxista (si alguno queda) está en la página 71, y precedida y seguida de otras que no tienen desperdicio. ¿Por qué -se pregunta el estudioso- "se publican, publicitan, distribuyen masivamente" los textos que hablan del verano en los campos de golf y no los que hablan de drogadictos? Pues porque "a nivel económico, político, interesan más, venden más (la miseria nunca es negocio)". Poetas que hablan en sus versos de drogas y drogadictos recuerdo bastantes -el Villena de Marginados-, pero que hablen del campo de golf no me parece que abunden demasiado.

No todo, claro está, se mueve a ese nivel de depauperado panfleto y desprecio por los textos (no se cita ningún poema concreto). Rafael Núñez Ramos, en La poesía histórica y la poesía como historia, ejemplifica con textos de Fernando Quiñones cómo "en una situación, evento o personaje histórico puede expresarse una emoción, una manera de sentir el mundo". Igualmente lúcida -pero desde otra perspectiva, la del que es juez y parte- resulta la colaboración de Luis García Montero, titulada El oficio como ética. Expone en ella sus ideas sobre la poesía, que son compartidas por un amplio grupo de poetas, y analiza tres poemas -de Juaristi, Marzal y Benítez Reyes- que pueden considerarse como manifestaciones de esa estética grupal. García Montero puede considerarse como uno de los protagonistas, quizá el más destacado, de este volumen colectivo.

Se debate mucho últimamente cómo se forma lo que se ha venido a denominar el "canon" de una época, los pocos nombres que quedan en la historia literaria mientras la mayoría se hunde en el olvido. con mentalidad infantil, algunos piensan en unos pocos santones que deciden "este si, este no. Pero la formación del canon es una empresa colectiva: ningún crítico, por influyente que sea, ninguna editorial, por capacidad publicitaria que tenga, ningún suplemento por muchas páginas que le dedique, es capaz de situar a un autor entre los que cuentan en una época. puede ayudar, dar la señal de salida; hace falta, sin embargo, que se forme un cierto consenso colectivo. ¿Quiénes son los autores más decisivos de una época? Los inevitables, aquellos de los que tenemos que hablar nos gusten o no. Uno de los capítulos de Poesía histórica... está dedicada a la poesía de Juana Castro, pero no la vuelve a mencionar en el resto del volumen. Eso es señal de que no forma parte del canon de los últimos años. Hay sin embargo un puñado de poetas a los que alude una y otra vez. El que no siempre sea para bien no supone un dato en contra. Todo lo contrario: los detractores obsesivos contribuyen decisivamente a la promoción de un nombre y a hacerlo inevitable en la nómina poética de una época. Que no resulta inmodificable, claro está, pero que no se puede cambiar por decisión individual de nadie, por muy influyente que sea.