Image: Mujeres de carne y verso

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Poesía

Mujeres de carne y verso

Manuel Francisco Reina (ed).

26 junio, 2002 02:00

La esfera de los libros. Madrid, 2002. 526 págs, 26 euros

Una cierta perplejidad suscita este centón donde se selecciona una breve muestra de la obra de más de 150 mujeres poetas. La perplejidad comienza en el subtítulo: Antología poética femenina en lengua española del siglo XX. Sin embargo, la selección se inicia con María Josefa Massanés (1811- 1873) y continúa con Gertrudis Gómez de Avellaneda, Rosalía...

El antólogo escribe sólo unas líneas sobre cada autora, pero no deja de sorprendernos. Carolina Coronado, por ejemplo, "publicó un solo ejemplar con la recopilación de su obra poética" (sin duda la tirada más corta de la historia). Sagrario Torres, que se dio a conocer por un libro publicado en 1968, fue "elogiada por Dámaso Alonso y Pedro Salinas" (el segundo lo haría desde ultratumba puesto que murió en 1951). No menores sorpresas ofrece la bibliografía. Aurora de Albornoz resulta autora de Canciones de Guiomar y de Diario de una enfermera (de Isla Correyero, en realidad). Carmen Jodra, de quien tantos esperan un segundo libro, aparece como autora de Las moras agraces, Narcisia, No temerás y Del color de los ríos. No quisiera entrar en las caracterizaciones de las poetas. Baste una muestra: "Graciela Guzmán hace de la poesía un terreno en el que dar rienda suelta a sus instintos de caza".

Pero no sólo hay errores y humor involuntario en este centón, hay también un buen puñado de espléndidos poemas, algunos de autoras bien conocidas, muchos de poe-tas hispanoamericanas raramente editadas entre nosotros. No cumple, sin embargo, la función que debe cumplir una antología, ya que carece de criterio de selección, algo especialmente notable en las autoras últimas, aquellas que no han sido antologadas previamente.

Pretendiendo reivindicar la poesía femenina, Mujeres de carne y verso ejemplifica una subconsciente minusvaloración. ¿A una editorial seria se le ocurriría encargar un libro sobre la poesía del siglo XX a alguien que no ha demostrado el menor conocimiento sobre el tema y que aprovecha el encargo para mostrar un máximo desconocimiento? ¿Y sería capaz de darlo de paso sin ninguna revisión? Pero con las mujeres, pobrecitas marginadas, parece que vale todo. Un presunto homenaje que tiene algo de ultraje.