Image: La pasión por reconocerse

Image: La pasión por reconocerse

Poesía

La pasión por reconocerse

Giuliana Baita

5 diciembre, 2002 01:00

Jesús Hilario Tundidor. Foto: M. R.

Azul/Academia castellano-leonesa de la poesía. 331 páginas, 5’2 euros

En la poesía española de la segunda mitad del siglo XX hay un archipiélago de nombres importantes que en las cartas marinas de la crítica no suele registrarse sencillamente porque no han sido considerados una generación.

Félix Grande, Joaquín Benito de Lucas, ángel García López, Diego Jesús Jiménez, Jesús Hilario Tundidor... son un fuerte espacio propio: un territorio poético en modo alguno oscurecido por lo inmediatamente siguiente o lo anterior. Poetas del sesenta, como se les ha denominado, adelantan técnicas que tanto el 50 como los novísimos desarrollarán. El caso de Tundidor es un ejemplo: hay en su obra bloques de sentido que son hipótesis de trabajo y que se articulan en unidades de significación. De ahí el principio dinamirador que rige el paso de uno a otro de sus libros; de ahí esa investigación profunda que ha ido convirtiendo la escritura de su última etapa -la que se extiende de Mausoleo (1988) a Las llaves del reino (2000)- en un intenso proceso creador: en un proceso lingöístico pero también gnoseológico; que aspira a ser conocimiento e indaga la "identidad sin fin en el lejano centro de las cosas". El propio Tundidor lo ha explicado al afirmar que "la Poesía es inteligencia, emoción, intuición y lenguaje y que el sustrato básico que la sostiene es el signo lingöístico, la palabra viva, que funda el poema y lo dilata hasta convertirlo en desvelación y ordenación de la multiplicad caótica en que se nos ofrece la realidad": una realidad que el conocimiento nunca puede fijar como definitiva.

Este libro es un recorrido por el mundo poético de Tundidor y una descripción de las claves más claras de su obra. Pedro Hilario Silva y Antonio Crespo Massieu las estudian con tanto acierto como minuciosidad, estableciendo un muy bien arquitrabado mapa de sus constantes temáticas y de sus singularidades estilísticas. Giuliana Baita diferencia sus distintas épocas y organiza un muy interesante corpus crítico que recoge y sistematiza las ideas poéticas de Tundidor. En él, García Nieto había distinguido tanto su autenticidad como su independencia, que, en el Libro de amor para Salónica se hacen visibles en su voluntad de renovación de las estructuras métricas, el uso del paréntesis y el paso a la condensación. Menos sensual pero más metafísico resulta Repaso de un tiempo inmóvil, que abre el camino al mejor Tundidor: el que se inicia en Mausoleo.

Una bellísima prosa sobre Valencia sirve de introducción a Construcción de la Rosa, uno de los libros más significativos de su generación en el que Tundidor alcanza la cima de su expresión poética y de su mundo intelectual. Tejedora de azar lo acota, y Las llaves del reino lo lleva a su más plena intensidad. La poe-sía de Tundidor se ha convertido en un continuo eje luminoso, en un ejemplo de escritura, en un señero, mágico reflector. Esta investigación filológica lo explica y lo demuestra.