Image: Así procede el pájaro

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Poesía

Así procede el pájaro

Juan Antonio Bernier

5 mayo, 2005 02:00

Juan Antonio Bernier. Foto: J. A. B

Pre-Textos. Valencia, 2005. 56 páginas, 9’62 euros

Siete años ha dejado pasar Juan Antonio Bernier (Córdoba, 1976) entre La costa de los sueños y Así procede el pájaro, un libro que muestra claramente hacia dónde avanza, con seguridad, lenta y minuciosa, su creación.

Bien explícitas son, al respecto, sus declaraciones en varias antologías de poesía joven: en la estela de Ungaretti, Montale y Saba, de Frost y de Stevens, también de JRJ, busca Bernier la intensidad lírica del poema breve y depurado, una cierta reserva sentimental -más eficaz cuando el sentir asoma-, la expresión, en fin, de una actitud intelectual de indagación y descubrimiento que deja siempre abierto su "círculo de misterio", de forma que "el poema prosigue una vez acabado el poema" en pos de una altura trascendental, no propiamente metafísica.

Citando a Antonio Cabrera, poeta que ya ejerce influjo en los más jóvenes, afirma Bernier que "lo íntimo es el mundo", y en indagar en torno a esa visión de lo real se centra lo esencial de los 36 poemas que integran las dos partes simétricas del libro, "Luces dentro del bosque", título también de la plaquette publicada en 2000, y "Así procede el pájaro", con poemas aún más breves, canciones, haikús, fragmentos. Si las numerosas variantes que se observan en los poemas publicados antes en antologías y revistas dan cuenta del cuidado con que el poeta revisa sus versos, también revelan el íntimo compromiso del autor con sus poéticas los retazos simbolistas, la desnudez minimalista de los poemas últimos, delicadamente musicales, plenos de aciertos ("Roto el acorde/suena otra música") aunque a veces con imágenes caprichosas y ciertos guiños literarios que opacan la transparencia lograda en la mayoría, más efectivos y misteriosos cuanto más depurados: "Intemperie: regazo".

Entre la gavilla de buenos poemas que acoge este libro puede destacarse, como expresión de una ética poética que no oculta sus influjos puristas, el titulado "El fruto cierto" publicado ahora con variantes que lo mejoran: "Nuestro vivir acendrado./ Como la almendra/que en su vaina madura:/nuestro vivir hacia dentro/ [...] Pureza del árbol desnudo/ que se sueña suficiente". Es el trazado de un doble movimiento exterior/interior y entre conciencia existencial y contemplación celebrativa el que mantiene la tensión interior de todo el conjunto, apoyado en la fuerza simbólica de lo elemental ("el sol nos juzga") pero afirmando la valía del ser humano, de su búsqueda de penetración en la realidad que da sentido más profundo a la expresión del sentimiento amoroso.

Evidenciando lo que tiene de logro realizado pero también de promesa, como todo buen libro de poesía, la voz del poema cierra el libro vuelta sobre sí misma, ahincada en la armonía de lo real desde la conciencia íntima del valor del acto creativo derivado de la conciencia integrada: "Luz de dentro,/mis ojos". Porque quien se expresa aquí dejando entrever su juventud deja abierta la puerta a la inquietud vivificante, a la necesidad de una intemperie que permita el registro de la armonía tanto como el de la fragilidad de la conciencia fluyendo dialéctica en la corriente de su tiempo, "la búsqueda humilde/de una sola verdad./Distinta a cada instante/negándose a sí misma".