Otras voces
- La necrológica mintió: la Musa está viva. Encarnada en Rouault, inspira Oigo unos ojos (Valladolid: Tansonville, 2010). Del expresionista, José Manuel Suárez extrae el símbolo: la Pasión de Cristo como corolario de todo dolor humano. Y sus versos son fauvistas como el trazo: "Reinaron/ os despojos, atrincherados en el altar vacío,/sobre todos los días que vinieron". Pero el proceso creativo que requiere una literatura de esta envergadura le pertenece sólo al poeta. Lo realmente importante, contado por alguien a quien le importa. Sin imposturas. Deslumbrante.
- Que nadie se engañe: Terreno fértil (Córdoba: Cangrejo Pistolero, 2010) es de todo menos localista. Los 29 poetas antologados por Eduardo Chivite y Antonio Barquero comparten lugar de nacimiento, y no nos referimos sólo a Córdoba: todos han venido al mundo poético del siglo XXI con ganas de comérselo. Ellas, con apetito voraz: Alejandra Vanessa, Leyla Ouf, María González, Sara Toro. Y por supuesto, el huracán Medel: "Yo pertenezco a una raza de mujeres con el corazón biodegradable". ¿Elena? Cordobesa. ¿El verso? Universal.