Los géneros novelescos II: la consolidación de la novela histórica en España
La narrativa histórica se ha ido afianzando como uno de los géneros más cultivados y más apoyados por editores y lectores
La hora de España
Luis Zueco
Escritor. Última novela: El tablero de la reina (Ediciones B, 2023)
La novela histórica española se encuentra en un momento óptimo de madurez, como si de un buen vino se tratase. Esto se debe a múltiples razones, entre las que destacan la combinación de autores consagrados con nuevas voces y, sobre todo, la cantidad, variedad y calidad de las obras publicadas. Estas características explican su rotundo éxito, que queda reflejado en las listas de ventas del sector editorial. De hecho, en 2022, la novela más vendida de nuestro país fue del género histórico, Roma soy yo, de Santiago Posteguillo.
Nunca ha habido en España tantos autores y autoras de novela histórica, ni tan diversos ni tan talentosos. Muchos de ellos con propuestas innovadoras sobre temas desconocidos; otros se atreven con épocas hasta ahora poco tratadas, o con parajes que salen del ámbito español. Esta diversificación del género ha permitido que las líneas argumentales, los arcos dramáticos de los personajes y estructuras literarias se amplíen, consiguiendo atraer así no solo a los apasionados por la historia, sino a cualquier lector.
Ahora las novelas históricas mezclan thriller, aventura, novela romántica y hasta terror. La crítica, que era algo escéptica con la narrativa histórica, se ha rendido a su calidad y ha comprendido que los lectores sienten cada vez más fascinación por tiempos pasados, quizá buscando refugio ante la frialdad del presente y lo inhóspito que se plantea nuestro futuro.
El éxito de un buen vino depende de numerosos factores, pero al final el más importante es la tierra. Lo mismo sucede con la novela histórica, España es un país idóneo para cultivarla
Por otra parte, el lector también ha cambiado y ahora valora más lo complejo que es el trabajo del escritor de novela histórica. Este debe unir la ficción con los acontecimientos reales, es decir, la imaginación con la investigación. Labor esta segunda que puede exigirle incluso más tiempo que la propia escritura. Otra pista de su éxito es que jamás han existido tantas jornadas de reunión y festivales dedicados exclusivamente a la novela histórica por todo el territorio nacional. Cientos de escritores, especialistas y lectores se dan cita para conversar sobre los relatos leídos en los últimos meses.
Siempre he creído que la historia es apasionante y la novela histórica, una espléndida puerta para despertar el interés por el pasado, por el patrimonio y por el arte. Pero la función de un historiador y de un novelista son diferentes: el primero escribe sobre los hechos, en cambio el segundo describe pasiones, amor, venganza y cualquier otro sentimiento. Ahí es donde reside su éxito, en hacernos vivir otra época, trasladarnos con todo lo que conlleva y alcanzar a imaginar que somos realmente una persona que vivió hace mil años, entendiendo todos sus conflictos y anhelos.
En esta Feria de Madrid las novelas históricas son de los libros más demandados por el público porque emocionan, conmueven y al mismo tiempo sirven para viajar a otras épocas y nos ayudan a comprendernos en la actualidad. Y, sobre todo, son tremendamente adictivas. Esa es quizá la clave de que actualmente se hable tanto de ellas. Por último, no debemos olvidar que el éxito de un buen vino depende de numerosos factores, pero al final el más importante es la tierra donde crecen las vides. Lo mismo sucede con la novela histórica, España es un país idóneo para cultivarla.
Historia, acción y sentimiento
Luz Gabás
Escritora y filóloga. Última novela: Lejos de Luisiana (Premio Planeta 2022)
Desde Pérez Galdós, la pasión por la novela histórica en España no ha dejado de ir a más. En las últimas dos décadas, además, y gracias al trabajo de maestros como José Luis Corral, José Calvo Poyato, Juan Eslava Galán y Antonio Pérez Henares, por citar algunos, hemos surgido nuevas voces, muy diferentes y aplaudidas dentro del género, que cosechamos importantes éxitos por la variedad a la hora de abordar aspectos de la historia poco conocidos o que han pasado desapercibidos, al tiempo que aumentaba el interés de los lectores por la historia.
Nuestra época mira mucho al pasado y, como en una vida no hay tiempo para aprenderlo todo, la novela histórica cumple una clara función didáctica que no disminuye la diversión, pues los escritores de novela histórica mimamos mucho el desarrollo de los personajes.
Todo eso, combinado, explica el éxito actual de nuestros narradores históricos dentro y fuera de España: Santiago Posteguillo, Arturo Pérez Reverte y María Dueñas, por ejemplo, tienen muchos seguidores en Latinoamérica, y mi novela Lejos de Luisiana ha tenido muy buena recepción allí. Muchos lectores me repiten que no sabían nada de la presencia española en el corazón de los actuales Estados Unidos a finales del XVIII y les ha encantado la historia de amor entre Ishcate y Suzette. Como compartimos historia con Latinoamérica, es normal que allí haya más interés por la historia de España, pero he de decir que nuestras novelas también interesan en Europa.
El nivel de exigencia de la novela histórica es realmente alto en españa,
pues los autores realizamos una enorme y cuidada labor de documentación mientras mantenemos nuestro compromiso con la literatura
Por ejemplo, mis novelas han sido traducidas a varios idiomas y ahora le toca a Lejos de Luisiana comenzar su aventura europea. Hay que recordar que los lectores nunca han tenido prejuicios contra estas novelas y que, si en el mundo anglosajón han sido valoradas desde los tiempos de Walter Scott, aquí estamos viviendo un magnífico momento.
Es un género literario muy amplio, con lectores muy fieles, que desempeña una evidente labor educativa, divulgativa y reivindicativa de aspectos de nuestra historia. Porque la literatura dialoga con su tiempo, del que también es reflejo, y los lectores disfrutan de textos que les invitan a aprender y a reflexionar mientras se sumergen en la acción y emoción de los personajes de la novela histórica.
El nivel de exigencia de la novela histórica actual es realmente alto en España, pues los autores realizamos una enorme y cuidada labor de documentación. Y hemos mejorado en una cuestión importante: la novela histórica tiene un compromiso con la historia y con la literatura. De igual modo que cuidamos la veracidad de la parte histórica, construimos personajes inolvidables o hablamos de la vida, del amor, de la amistad, de la lealtad y la traición.
Por eso, mi pronóstico sobre el futuro es tan optimista. Porque el pasado es una fuente inagotable de inspiración. Y, al mirar al pasado, escritor y lector interpretan su presente. Por eso, la novela histórica tiene un gran futuro por delante. No hay más que encontrarse con los lectores de todo el mundo, que me han descubierto gracias a Lejos de Luisiana y ahora desean leer toda mi obra, porque les gusta esa combinación de historia, acción y sentimiento.