Aloma Rodríguez (Foto: Pedro Anguila) y José Luis García Martín (Archivo)

Aloma Rodríguez (Foto: Pedro Anguila) y José Luis García Martín (Archivo)

Jardines colgantes

¿Hay que matar el yo?

Da mucho miedo caer en el narcisismo. Lo más misterioso de la realidad es la vida doméstica. Y es que nuestro cerebro es una esponja. Poesía e infancia están en todas partes. Ya no estamos para desafíos intelectuales

12 junio, 2023 01:41

Rosa Montero está convencida de que sí. “La escritura creativa –asegura– consiste en acabar con el control del yo. En cegar el yo, en matar el yo. Tienes que borrar el yo controlador y convertirte en un cuerpo libre que se deja atravesar por la historia que sale del inconsciente”. Son declaraciones a la revista VMagazín, que ha preguntado a una serie de escritores cómo entienden la literatura.

“A mí me da muchísimo miedo caer en el narcisismo y mucha pereza la introspección, no quiero ser eviscerada, no me interesa nada”, dice Aloma Rodríguez, que acaba de publicar Puro glamour. “¿Otro libro de autoficción?”, le pregunta María Viñas (La Voz de Galicia) “Ya. Es un poco rollo, los escritores somos todos muy pesados con la literatura del yo, con lo de abrirnos en canal –responde la escritora–. Yo estaba un poco peleada con eso, con no hacer otro libro más autobiográfico, pero es que cada vez me da más pereza leer ficción pura y dura”. Tal vez tenga razón Juan José Millás, de gira promocionando Solo humo, cuando asegura categórico a Antón Castro (Heraldo) que “lo más misterioso de la realidad está en la vida doméstica”.

“Los escritores somos todos muy pesados con la literatura del yo”. Aloma Rodríguez

Laura Ferrero, que también escribe sobre lo cotidiano y la familia, introduce el eterno asunto de la infancia. “Tengo la impresión de que todo aquello que nos marca más sucede entre los cero y los siete años –explica la autora de Los astronautas a Salvador Gutiérrez Solís (Diario de Sevilla)–. Durante ese tiempo nuestro cerebro es… No sé si llamarlo una esponja, pero es cuando nos estamos formando. Son años en los que nos estamos construyendo, y a partir de ahí nos vamos repitiendo”.

Tan importante es la niñez en la literatura que Mircea Cartarescu llega a afirmar que “la poesía y la infancia son lo mismo”. “El poeta es esa persona capaz de permanecer como un niño hasta el final de sus días –sostiene el autor rumano en la mencionada VMagazín–. Ser poeta no significa escribir libros de poemas. Ser poeta significa ver la belleza de las cosas. (...) Un poeta es la persona que ve las cosas como las ve un niño sin esa capa de oscuridad social”.

Poesía e infancia se encuentran en todas partes. “Si todavía sigo haciendo fotos es, primero, por la poesía –confiesa Alberto García-Alix a Eva Blanco Medina (Vogue)–. La poesía de la vida y la poesía de la imagen. Luego, por la curiosidad. Siempre he sido una persona de curiosidad permanentemente insatisfecha. Y tercero, por mi alma infantil, juguetona, que no es lo mismo que el infantilismo. Esas premisas son las que me arman para volver a coger la cámara”.

Toni Montesinos se muestra más prosaico. Entrevistado por Bernat Castany (Zenda), el autor de Ojos llenos de alegría. Estar vivo con R. W. Emerson es pesimista sobre la situación actual. “Creo que lo que más caracteriza a nuestro mundo literario hoy es la ignorancia rebuscada, por así decirlo. (...) Cada vez más la gente elige cosas que no le supongan un desafío intelectual, fáciles de entender a la primera, y rápidas de consumir en el terreno de la lectura”.

“Es muy difícil sobrevivir solo en la jungla literaria”. José Luis García Martín

Tampoco es que sea muy optimista José Luis García Martín, implacable crítico y director de Clarín, que ahora cierra. “La literatura no es un congreso sobre un gran autor, sino tres jóvenes en una cafetería comentando sus libros: esa es la historia viva de la literatura”, manifiesta a Sergio C. Fanjul (El País). Añade que los otros grupos son los de autores mayores, consagrados, que hacen lobby para favorecerse unos a otros. Y concluye: “Es muy difícil sobrevivir solo en la jungla literaria”.

P. S. Eduardo Infante por lo que está preocupado es por la educación. “Entretener no es educar y una escuela que no educa es como un hospital que no cura”, dice a Iñaki Domínguez (Ethic). “Vivimos en una sociedad infantilizada. (...) Se está despojando a nuestros jóvenes de la alta cultura para ser instruidos en la capacitación industrial –afirma el autor de Aquiles en TikTok–. Se les está arrebatando las artes liberales para condenarlos a las serviles y con ello, la libertad se ha comenzado a definir como servidumbre voluntaria, la igualdad como mediocridad y la fraternidad como un lastre que te impide avanzar”.

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