¿Hemos renunciado a la sorpresa?
El poder de la novela probablemente no lo tengan otras artes. Eso sí, no hay mayor búsqueda de un interlocutor que el teatro.
Juan Gómez-Jurado observa que en nuestra sociedad “se está produciendo una renuncia al misterio, a la capacidad de sorpresa, que es lo más valioso que hay como lector, como espectador”. “Ojalá fuéramos como niños, que están sorprendiéndose todo el rato —anhela, entrevistado por Montse García (La Voz de Galicia), el novelista que ha publicado Todo vuelve—. En el momento que pierdes la capacidad de sorpresa, la curiosidad, ¿para qué vas a seguir leyendo? Por esta razón es por lo que siempre intento que se sepa lo menos posible de mis argumentos”. De hecho, pide a sus lectores que guarden en secreto la trama de sus libros.
“La imaginación es un don”, proclama Fernando Savater. “Todos tenemos una cierta imaginación que se puede mejorar; los que hemos leído mucho disfrutamos de ella, la ensanchamos –sostiene–. Quienes no la tienen cogen un libro, leen lo que pone y no sienten nada. La imaginación puede potenciarse por el arte, el cine, la lectura…”. Esther Peñas (Ethic) pregunta al autor de la reciente Carne gobernada, si es mejor leer cualquier cosa que no leer nada. “Sí, quien se priva de leer es un necio”, responde el filósofo a la vez que se pregunta si es mejor soñar cualquier cosa a no soñar. “Sin duda, mejor soñar, aunque no todos tengamos sueños bonitos, algunos son temibles, angustiosos… quien no lee está medio muerto, y el que renuncia a leer –concluye– es como el que se corta una pierna para ver qué se siente…”
“En nuestra sociedad hay una renuncia al misterio”, Juan Gómez-Jurado
De la importancia de la literatura da buena cuenta Sergio del Molino, último premio Alfaguara. “Desde que existe la novela su gran poder ha sido el de hacer vivir a los lectores vidas ajenas y poder comprenderlas –expone a Débora Campos (Clarín)–. Una buena novela es la que consigue que tú entiendas por qué el otro hace lo que hace, piensa lo que piensa. Y si lo logra es porque tú sales de ti y eso ha sido, por mucho que cambie el género y por muchas mutaciones que presente, el núcleo de su corazón y de su razón de ser. Y si no usamos la novela para eso, estamos desnaturalizándola. Ese es su gran poder y es probablemente un poder que no tienen otras artes”.
Por su parte, Itsaso Arana está convencida de que “no hay mayor búsqueda de un interlocutor que el hecho teatral, más hoy en día cuando la presencia se ha perdido”. La actriz, que ha estrenado en el Valle-Inclán Así hablábamos, sostiene ante Adolfo Ortega (20minutos) que “si todo estuviera resuelto no haríamos arte” y que “hace falta el arte para atravesar cosas que el cuerpo no comprende”. “A veces se nos pregunta si lo doloroso del proceso creativo merece la pena, y yo creo que la pena no merece, pero es peor la pena de no hacerlo –confiesa la también directora de Las chicas están bien–. Cuando he intentado mantenerme como actriz, sin crear, esa fuerza creativa no canalizada te debilita y te carcome la vitalidad. Así que ese sufrimiento es el que elijo y yo me lo banco. El otro es miedo. Es mejor la valentía con temblor”.
“Es posible que la muerte no exista ¿Por qué no atreverse a luchar para conquistar la eternidad?”, Alejandro Jodorowsky
Soledad Puértolas recuerda, en un artículo publicado en ABC titulado “Frases magnéticas”, que en su época escolar “se hablaba mucho del estilo”. “Creo que es una palabra que ya no se aplica a la literatura tanto como se hacía entonces –evoca la académica–. A mí me gustaba. Es el estilo lo que convierte los hechos de la vida en literatura. La vida más cotidiana y predecible adquiere un repentino misterio, los sucesos más triviales y rutinarios entran en el reino del asombro, de las promesas, de lo inesperado”.
P. S. Jorge Morla (El País) pregunta a Alejandro Jodorowsky, con 95 años recién cumplidos y ocupado en mil proyectos, si piensa en el mañana. “Es posible que la muerte no exista —responde el escritor, cineasta y autor de cómic—, que sea un mito nuestro. La verdad no existe en este planeta, solo los caminos a la verdad. ¿Por qué me voy a considerar una persona que va a morir? Sí me considero una persona que va a cambiar. Pero si he desarrollado un espíritu, ese puede quedar, y ese puede ser eterno ¿Por qué no atreverse a luchar para conquistar la eternidad?”