Se acabó la aventura del Socuéllamos en Segunda División B. Después de tres temporadas paseando el nombre de la localidad manchega por los campos de España, el equipo azulón certificaba su descenso a Tercera División este domingo perdiendo frente al CD Toledo.

Atrás quedaba un periodo que ningún aficionado al fútbol de la localidad y sus alrededores olvidará. Tres años con muchas más luces que sombras pero que al final ha terminado con la pérdida de la categoría dos jornadas antes de que termine el campeonato.

Esta época de luz se abría en junio de 2014 en Linarejos. El campo del Linares veía como un equipo con el que muy pocos contaban, recién llegado a la Tercera División tras haber pasado por el purgatorio de Preferente, conquistaba la tierra prometida de la Segunda División B el año que cumplía 90 años de historia.

Con Jordi López al frente de la directiva, Vicente Aguado como responsable de la dirección deportiva y Ángel García Cosín en el banquillo daba comienzo esta aventura que enganchó e ilusionó a una comarca.  Fruto de ese trabajo llegó una primera temporada en la que el equipo disfrutó de la categoría sin pasar apuros y logrando el regalo de jugar Copa del Rey. Capítulos como la victoria en Valdebebas o la visita del Real Madrid de Zidane forman ya parte indeleble del imaginario socuellamino.

Histórico play-off de ascenso a Segunda

Si buena fue la primera, qué decir de la segunda, la pasada. Con el paso de las jornadas el Socuéllamos se fue destapando como un candidato a todo que haciendo del Paquito Giménez un estadio irreductible, terminaba en tercera posición y lograba una histórica clasificación para el play-off de ascenso a Segunda. Que el Sevilla Atlético -a la postre uno de los ascendidos- apeara a las primeras de cambio no privó a Socuéllamos de disfrutar de una situación al alcance de muy pocos.

Sabedores de que repetir la hazaña era algo prácticamente imposible, los responsables socuellaminos comenzaban hace poco más de un año a preparar la temporada en Segunda División B. En esta ocasión, las cosas no salieron y desde que la temporada llegó al ecuador el equipo se instaló en la zona baja sin lograr enderezar el rumbo. Ni los fichajes -en el mercado de invierno la directiva hizo un sobresfuerzo para nutrir la plantilla- ni la llegada de Cabezuelo Rojo en lugar de García Cosín enderezaron el rumbo de un club que desde este domingo piensa en el retorno a la Segunda B.