Sergio Gutiérrez cogió su fusil
Tal vez guiado por aquellos famosos pistoleros que siguen haciendo las delicias de tantos aficionados al western cinematográfico -donde una décima de segundo a la hora de desenfundar el colt es la diferencia entre permanecer de pie o morder el polvo, o un póker de ases puede resultar una jugada mortal- el secretario de organización del PSOE de Castilla-La Mancha, Sergio Gutiérrez, al que también se le conoce como el “cesador de Escalona” por tantas dimisiones y ceses como solicita, está dispuesto a seguir los pasos de tipos tan duros en la pantalla como John Wayne, Charles Bronson, Gary Cooper o Clint Eastwood, entre otros actores inolvidables, protagonistas de esplendidas y recordadas películas del género.
Frío como Bronson, Gutiérrez ha cambiado las estructuras y planteamientos del lejano y hostil oeste -revólveres, duelos, buenos y malos, y chicas de salón- por otros menos ruidosos y más elegantes aunque igualmente incisivos gracias a las perspicaces arengas que dispara en forma de certeros proyectiles verbales contra sus víctimas, un género que Gutiérrez domina a la perfección. Desde el pulpito socialista, el secretario de organización del PSOE descarga cada día su particular cartuchera de disparos contra la oposición, entiéndase el Partido Popular, en forma de ceses, dimisiones o suspensiones de miembros de la cúpula popular. Y siempre en directo, nunca “en diferido”, con los resultados de sobra conocidos.
En absoluto intimidado, pues es bien sabido que donde pone el ojo pone la bala, Gutiérrez rivaliza con sus víctimas tanto frente a frente en solitario -como ha sido con su ultimo damnificado, el tesorero del PP de Castilla-La Mancha vinculado al caso Kitchen, José Ángel Cañas, para el que ha pedido su cese- como si es más numerosa la cuadrilla. Suya es la celebrada alocución de pedir las dimisiones de todos los cómplices “que formaron parte de la mesa camilla del PP de Cospedal”. Una frase memorable que para sí quisieran los mejores guionistas de Hollywood.
De proseguir tan activo y diligente, el secretario general se va a quedar muy pronto sin nuevas víctimas “populares” que abatir con tantos ceses, dimisiones, suspensiones o similares como solicita en sus refriegas cada día. Pero no hay peligro de inanición, seguro que Gutiérrez ya está cargando de nuevo el tambor de su revolver contra su nueva víctima. Permanezcan atentos a la pantalla. THE END.