No parece que la empresa ganadora de la subasta convocada por International Auction Group para adjudicar la parcela de terreno del antiguo Circo Romano de Toledo tenga otras intenciones que no sean las de desplegar algún desarrollo urbanístico en la finca adquirida. Un terreno donde inicialmente estaba previsto la construcción de un residencial de lujo con centenares de viviendas.Un solar urbano de 57.000 metros cuadrados de extensión que Lepanto Cornerstone Creations, una compañía madrileña dedicada a promoción inmobiliaria y a la compraventa de bienes inmuebles, se ha adjudicado por 1,1 millones de euros. Una cantidad muy por encima de las ofertas presentadas por el resto de los participantes en el concurso, incluida la del propio Ayuntamiento capitalino, a la que habrá que añadir intereses e impuestos municipales no satisfechos.
Una cifra demasiado elevada por una extensión de terreno donde “no se construirá una vivienda”, según ha manifestado la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, tras conocerse el resultado de la subasta. Una parcela que se encuentra ubicada en un sector declarado como Bien de Interés Cultural (BIC), una vez conocida la aparición en la Vega Baja de valiosos restos arqueológicos y quedar posteriormente descartado cualquier desarrollo urbanístico en la zona.
No se conocen todavía las intenciones de Lepanto Cornerstone Creations acerca de la utilidad que pretende dar a la parcela adjudicado. La concesión de cualquier tipo de licencia de obras por parte del ayuntamiento capitalino parece asegurar el buen fin y salvaguarda de estos terrenos, pero no pienso que la inmobiliaria haya pagado más de un millón de euros para mantener indefinidamente la parcela en “barbecho”.
Sospecho que el destino futuro de los terrenos del Circo Romano toledano nos transportará a aquel sonido de trompetas y clarines con las que la arena de su coso acogía tantas disputas y emociones en presencia de un alborotado graderío. Un público al que, como antaño, tan sólo le queda esperar el sentido del dedo pulgar del “César” contemporáneo encargado de resolver el conflicto de interés que se prevé con la subasta de esta parcela.